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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Comedia. Drama Siete años después de lo acontecido en "Pequeñas mentiras sin importancia", angustiado y al borde de la depresión, Max (François Cluzet) decide pasar solo un largo fin de semana en su casa de la costa. Pero sus viejos amigos Eric, Marie, Vincent, Isabelle y Antoine han planeado visitarle para darle una fiesta sorpresa de cumpleaños. Una oportunidad para ponerse al día después de mucho tiempo separados, y de paso para comprobar qué queda de su amistad. [+]
15 de noviembre de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volver a encontrarse, unos años después, con los personajes de la deliciosa “Pequeñas mentiras sin importancia” es como volver a encontrarse con esos viejos amigos que hace años que no ves. Guillaume Canet, siguiendo la tradición de las películas de reuniones amigo-familiares, a la que el cine francés ha aportado alguna joya (estoy pensando en aquel afortunado debut en la dirección de Julie Delpy que representó “El Skylab”), continúa (y cierra) con las historias de este grupo de amigos que se nos vuelven a mostrar igual de patéticos a la vez que entrañables. Esta secuela, como por otra parte suele pasar, pierde frescura respecto a su antecesora, pero sigue conservando esa mirada amable fruto del cariño que Cantet siente por sus personajes. Del primero al último, todos muestran sus virtudes y defectos, sus anhelos y debilidades girando alrededor de la enorme figura de François Cluzet, que con Max seguramente ha creado a uno de los tres mejores personajes de su prolífica carrera. Cantet, quizás consciente del riesgo que suponía volver a hacer más de lo mismo, y obligado, cómo no, por los años transcurridos, lleva la película a terrenos más lúdicos, aunque el poso de insatisfacción vital sigue marcando el paso de unos personajes que se siguen buscando a si mismos. La reflexión sobre las expectativas fracasadas, la valentía que requiere el ser honesto con los demás y con uno mismo, y el valor de la amistad como último salvavidas ante el naufragio que representa la llegada de la madurez siguen siendo la esencia de una de los mejores retratos generacionales que ha dado el cine en los últimos años.

Lo mejor: la habilidad de Cantet para cerrar la(s) historia(s).

Lo peor: se echa se menos más tijera a la hora del montaje.
AMQE
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