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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Drama En 1865, tras el asesinato de Abraham Lincoln, ocho personas son detenidas y acusadas de conspirar para matar al presidente, al vicepresidente y al secretario de Estado. Entre ellas está Mary Surratt (Robyn Wright), la dueña de una pensión, donde John Wilkes Booth (Toby Kebbell), el autor material del magnicidio, y sus cómplices se reunieron y planearon el atentado. Mientras el resentimiento contra el Sur domina a las autoridades de ... [+]
19 de diciembre de 2011
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Un acusado aparentemente inocente y un joven abogado defensor que deberá luchar contra el aparato del sistema dejándose la piel en el caso sirviéndose de las armas legales en pos de la justicia y la verdad. Hasta aquí nada nuevo. Lo destacable de “La conspiración” es que Robert Reford ha sabido utilizar un suceso real e importante en la historia de los Estados Unidos para plasmar un viejo argumento y presentarlo casi como si fuera algo novedoso. Evidentemente la habilidad de Redford para hacer la propuesta atractiva ha sido saber conjugar dos géneros como el histórico y el judicial y darle una consistencia dramática asentada en dos personajes potentes (el abogado Frederick Aiken y la acusada Mary Surratt) alrededor de los cuales giran una serie de secundarios que no les andan a la zaga. Juntos reconstruyen unos hechos sobre los que apenas conocíamos detalles y en los cuales es fácil advertir paralelismos entre lo que pasó hace más de un siglo y situaciones que aun tenemos recientes. En definitiva estamos hablando de la distorsión que los poderes públicos hacen de la justicia cuando se trata de buscar culpables de una manera inmediata. Redford opta por una narración formal, dejando que sea la potencia de la historia el motor principal de la película. Sin grandes alardes, consigue mantener el interés del espectador que sigue entre impotente y esperanzado el curso del juicio. Se le puede acusar si acaso de un inicio algo confuso y cargar en exceso las tintas dramáticas en una resolución en la que no nos va a ahorrar ni un solo plano , pero lo que no se puede negar es que Redford, gato viejo donde los haya, conoce y aplica a la perfección todos los resortes para hacer de una historia que podría saber a rancia algo nuevo y fascinante.

Lo mejor: el clasicismo que desprende el film de principio a fin.

Lo peor: que a Redford se le vaya la mano en el tramo final.
AMQE
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