Película de terror que a pesar de dotarse de un argumento simple lleva la dirección de todo un especialista en el campo de los efectos especiales: Stan Winston, colaborador en algunas de las franquicias de “Viernes 13” hasta apuntar a lo más alto con “La Cosa” (The Thing, 1982) de John Carpenter, “Terminator 2” (1991) de James Cameron o “Inteligencia Artificial” (Artificial Intelligence, 2001).

Pero la cinta peca en del argumento simple y tópico, propio en el género: la venganza como evasiva. Tras la muerte de su único hijo, Ed Harley (Lance Henriksen) propietario de un tranquilo negocio de carretera que abastece a granjeros y habitantes de la zona, decide tomar riendas al asunto para vengarse del grupo de jóvenes de ciudad que ha provocado el fatal suceso. Y para ello decide recurrir a una vieja bruja que vive aislada en el bosque para uqe invoque a un demonio desde las entrañas de la tierra. Pero ya se sabe, nunca hay que andarse con pactos en el diablo.

Pero merece la pena disfrutar de los efectos especiales por encima de un guión penoso. Como anécdota la entonces actriz infantil Mayim Bialik (conocida posteriormente en la telecomedia “Blossom” y recuprada en “The Big Bang Theory”) hace una breve aparición.