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Voto de Natxo Borràs:
8
Comedia Hace veinte años que el tímido Henry Holland (Alec Guinness) se encarga de supervisar el traslado de los cargamentos de oro del banco inglés en el que trabaja; pero llega un momento en que, harto de su gris y anodina vida, idea un ingenioso plan para llevar a cabo un espectacular robo en el banco: se trata de trasladar el oro de Inglaterra a Francia en forma de souvenirs de la Torre Eiffel. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alocada e inteligente comedia manufacturada en los Estudios Ealing. La marca de la casa es evidente y más en uno de sus films más propulares y con una de sus estrellas fetiche, Alec Guinness; siempre prestado a papeles de honrado trabajdor y hombre de buena fe que ya depararía otra lección magistral en “El Hombre del Traje Blanco” (The Man in the White Suit, 1951) y “El Quinteto de la Muerte” (The Ladykillers, 1955), ambas dirigidas por Alexander MacKendrick y ésta ultima muy similar en contenido a el film de Crichton cuyo titulo original es “The Lavender Hill Mob” y que aquí se estrenó como “Oro en Barras”.

Y como todas las comedias de la Ealing e nos presenta un fresco social del Londres de pos-guerra; con todos sus habitantes que van del hogar al trabajo y del trabajo al hogar, despreocupados y dispuestos a salir adelante. Uno de esos tantos miles de londinenses, Henry Holland (Alec Guinness) presumiría de su empleo en el banco pero su excesiva honradez le hace estar distante del comentario de los demás; y es que su labor consiste en custodiar cantidades sustanciales de barras de oro de la fundición a la caja fuerte ganando un sueldo mísero desde hace casi dos décadas. Cuando le reprochan su falta de ambición se le enciende la bombilla para compincharse con Alfred Pendlebury (Stanley Holloway) un vecino de la casa de huéspedes donde reside para sacar adelante el estrafalario plan de robar los lingotes, fundirlos en souvenirs de la Torre Eiffel y traspasar el botín a Francia para pasar desapercibidos. El tiro les saldrá por la culata…

Charles Crichton se hizo cargo de dirigir ésta notable comedia que añade curiosidades como la breve aparición de una por entonces desconocida Audrey Hepburn. Crichton volvió a popularizar la comedia inteligente casi cuatro décadas después con “Un Pez llamado Wanda” (A Fish Called Wanda, 1988) de entramado parecido y que reunía a dos Monty Python; John Cleese y Michael Palin, al lado de los norteamericanos Jamie Lee Curtis y Kevin Kline.
Natxo Borràs
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