El director de "Posesión Infernal" retrocede en el tiempo y parece inspirarse de nuevo en esa época "plástica" que llevó a alucinar plateas con sus dosis de horror, babas y sangre. A partir de un hecho circunstancialmente ridículo la protagonista de la historia, Christine (Alison Lohman, la sufrida protagonista de "White Oleander" y "Big Fish") vive su propio infierno cuando se ve obligada a denegarle el aplazamiento de hipóteca a la señora Ganush (Lorna Raver) una anciana que le arroja un maleficio tan rocambolesco como plagado de sustos y alguna concesión a la asquerosidad más babeante exprimido de la más amarillenta dentadura postiza que haya mostrado el cine hasta hoy. Ante su incrédulo novio (Justin Long), Christine será sacudida por la violenta presencia fantasmal de la vieja, que muere poco después de su encontronazo en el banco y de la presencia incordiante de un demonio que arrebatará el alma de la chica, a menos que no se quite de encima un amuleto "tocado" por la anciana. Dos médiums (Dileep Rao y Adriana Barraza) serán los encargados de "exorcizar" ese demonio en una de las escenas más gratificantes que Raimi haya ofrecido a sus incondicionales en años.

Lo Mejor: los efectos especiales usados a niveles de un gamberrismo insuperable
Lo Peor: algún tópico de por medio