Interesante y tensa versión cinematográfica de una de las novelas más famosas de la escritora V.C Andrews sobre una familia quebrada por la muerte del padre, y obligada a vivir en el incierto infortunio que supone estar encerrada en las cuatro paredes de una mansión. Los hijos Cathy (Kristy Swanson), Chris (Jeb Stuart Adams), Cory (Ben Ryan Ganger) y Carrie (Lindsay Parker) se verán despojados de su madre (Victoria Tennant) una vez encerrados bajo llave en un rincón de la mansión. Bajo la terrible tutela de una abuela (Louise Fletcher) vivirán la terrible agonía que les ha supuesto vivir como fruto de un pecado inconcebible por parte de la familia de la madre.

Con un cuidadoso planteamiento y unos personajes psicológicamente bien trazados (la involución de la madre protagonizada por Victoria Tennant a los pies de su tiránica madre, notable Louise Fletcher), los jóvenes protagonistas (especialmente los adolescentes bajo el rol de Krsity Swanson y Jeb Stuart Adams) intentarán sobrevivir al fin de su inocencia cuidando de sus hermanos pequeños en el descuidado ático que da título a la película, mientras que su madre, aislada, intentará recuperar una herencia que perdió.

Una buen melodrama gótico que se deja ver, dirigido por Jeffrey Bloom, poco conocido aunque para los amantes del fantástico de serie B lo verán acreditado en la realización de la terrorífica cinta de segunda “Playa Sangrienta” (Blood Beach, 1980).