Incomprendida hasta lo más profundo de su ser, esta obra innovadora y fresca es y será maltratada por siempre jamás por un público que no quiere aceptarla.
Que todo el mundo esperara una "Sin City 2" y no lo fuera, parece que ha dejado descolocados a los puritanos espectadores del mundo. "¡Dios Santo! Esto no es convencional, debe ser malo a la fuerza, porque no es ni asiática ni europea".
Frank Miller se ha reído de todo el mundo con esta locura sin control que nos ha regalado. Se ríe de la propia película, se ríe de vosotros, se ríe de mí y se ríe de sí mismo. Y ¡qué cojones! tiene gracia.
Hacía años que no me reía tanto con una película, años. Y digo con y no de, porque me he reído mucho de patatas como Max Payne o Candyman. Una gran comedia negra y disparatada, pero sólo al alcance de los que como él no nos tomamos las cosas muy en serio.
Me quito el sombrero Frank. (Y mira que yo nunca fuí un gran fan tuyo, pero te has ganado mi adhesión a tu causa).

Disfrutad del buen cine (aquellos que podáis, que cada vez sois menos).