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Andorra Andorra · Escaldes-Engordany
Voto de Gecko:
9
Aventuras. Western Año 1823. En las profundidades de la América salvaje, el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro de su equipo, John Fitzgerald (Tom Hardy). Con la fuerza de voluntad como su única arma, Glass deberá enfrentarse a un territorio hostil, ... [+]
21 de febrero de 2016
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Película dirigida por el mejicano Alejandro González Iñárritu, y basada en la historia real de Hugh Glass, famoso trampero recordado por muchas hazañas pero sobretodo por sobrevivir al ataque de una osa grizzly mientras caminaba solo cerca del Río Missouri. Pero no solamente sobrevivió al ataque de la osa si no que consiguió acabar con ella con un simple cuchillo ya que según parece el dichoso animal le despojó de su valiosa escopeta cuando más la necesitaba. Al parecer Glass quedó hecho una auténtica desgracia con varios huesos rotos, despellejado, y con incluso algún miembro a la vista de cualquiera. Pensando en el tamaño de esos osos todo indica que el explorador tuvo mucha suerte de que no le arrancase la cabeza de cuajo aunque en este tipo de leyendas en ocasiones la historia toma una magnitud incierta y maquillada hasta el punto de confundirse realidad con imaginación colectiva. Quizás la osa acababa de salir de su hibernación y estaba adormilada, quizás fuera una cría, o incluso puede que sea del todo cierto y el tal Glass fuese realmente uno de esos tipos que parecen indestructibles. Después de esto el grupo que acompañaba a Hugh Glass decidió que lo mejor para todos era dejarlo a su suerte ya que no podían seguir el camino cargándolo por esas ladeadas montañas. Eso sí, asignaron dos personas para custodiarlo hasta su muerte y darle una sepultura digna. El problema fue que pasaron 3 días y el jodido todavía estaba vivo. La tumba llevaba tiempo hecha pero parecía que su destinatario no estaba por la labor de iniciar el viaje al más allá. La cosa empeoró cuando un grupo de indios se aproximaba y los dos custodios se acojonaron y decidieron enterrar vivo al casi muerto. Bueno enterrar… le echaron por encima un poco de tierra, unas ramas y la piel de la osa que mató, y salieron por patas. Graso error. Al final resultó que Glass no murió, sobrevivió a sus heridas y a las inclemencias del lugar, se recuperó y sólo tenía una cosa en mente: venganza. Y no paró hasta obtenerla.

Leonardo DiCaprio es el encargado de interpretar al explorador Hugh Glass. La corriente periodística se ha encargado de anunciar a los cuatro vientos que DiCaprio merece por fin ganar el Oscar, que si no lo gana con esta actuación no lo ganará nunca, y tengo que decir… ¡que sí! ¡Que es sublime! ¡Acojonante! Sencillamente grandiosa e insuperable. El actor consigue dotar de un realismo absoluto al personaje, y logra transmitir al espectador todos sus sentimientos, desde la más absoluta desesperación hasta el más profundo odio de su desertor, John Fitzegerald, otro explorador interpretado en este caso por otro actor de moda, Tom Hardy, el cual no se queda corto y realiza también una actuación abrumadora. Su personaje es un tipo frío, calculador y mezquino, movido únicamente por el dinero y al que no le importará absolutamente nada dejar abandonado al que era su compañero de faenas. Juntar a estos dos actorazos es sinónimo de éxito. Ya trabajaron juntos en Origen (2010), extraordinaria película que siempre merece un reviosionado.

Pero volvamos a DiCaprio, a Hugh Glass y sus penurias. Más que renacido habría que llamarlo el inmortal. El tío las pasa canutas. No, peor que canutas. Cuando parece que la cosa no puede ir a peor, creedme, empeora. En algunas ocasiones los sucesos rozan lo sobrenatural. En otras sencillamente impera la supervivencia motivada por una obsesión: la insaciable vendetta. Pero no solamente Glass lo pasa mal, Leonardo DiCaprio debió de sufrir mucho durante el rodaje. Él y todo el equipo. Tuvieron que soportar el terrible frío de las montañas de Canadá, Estados Unidos y Argentina, lugares dónde se rodó la película, que se filmó, cronológicamente (algo muy extraño en cine), en ochenta largos días, con el único objetivo de conseguir una luz natural que dotase la cinta de una realidad pasmosa. Vamos, que Leonardo las pasó muy putas, como putas las pasaban aquellos exploradores dejados de la mano de dios, luchando por no morir de hambre, pero también por que los indios, los nativos de esas tierras, no les cortasen la cabellera por haber venido a joderles la vida.

El apartado técnico es una maravilla, unos efectos espectaculares y enormemente realistas, una fotografía prodigiosa, unos planos secuencia perfectos, enfocados a dotar las escenas de una naturalidad extraordinaria y una belleza sorprendente, aún cuando visionamos acciones duras y sangrientas como las que vivieron aquellos buscavidas. Es un trabajo monumental de la mano de Iñárritu y su director de fotografía, Emmanuel Lubezki, que ha trabajado en grandes películas, como por ejemplo Gravity o Birdman, la cual aprovecho para decir que me pareció un ejercicio fílmico sin sentido, con un importante mensaje, pero que sólo tenía como objetivo ver quién la tenía más grande demostrando que eran capaces de rodar una película en un solo plano secuencia, sin pensar en su utilidad y si era necesario hacerlo, aunque la crítica se la comió doblada y elevaron una película ordinaria al nivel de genialidad cuando en realidad era vulgar, pero este es otro tema. The Revenant es una obra maestra del cine, poesía hecha celuloide, con algún indeseado y sobrante exceso onírico que recuerda por momentos a Gladiator, pero que se digiere fácilmente por su precocidad pero también por el maravilloso conjunto de la obra. Orson Welles dijo que es imposible hacer una buena película sin una cámara que sea como un ojo en el corazón de un poeta. Así se filmó El Renacido.

https://afidavit.wordpress.com/2016/02/20/el-renacido-the-revenant/
Gecko
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