Una pena, la idea es muy buena, podría haber dado para una gran película, pero al final se queda en nada. Y nada funciona del todo bien. Ni los gags, ni la química entre los personajes, no sé, nada. Para mi solo vale la escena en que dan calabazas al protagonista, y luego suena "So long Marianne" de Cohen. El momento de consolación de los dos amigos frikis, sin pronunciar palabras, me recordó a las buenas películas de Chaplin. Ese momento es brillante.
El resto es muy pretencioso y previsible, y por una razón u otra simplemente no funciona.
Sin duda esta película es un ejemplo claro de la importancia de un buen casting. O del cuento de la lechera: buena idea, buenos actores, buena música = éxito seguro, pensaron ellos... No iban mal encaminados, pero sencillamente no pasó.