Nazis y religión.
Parece que se ha querido siempre pasar de puntillas sobre las relaciones de la iglesia católica y el nazismo.
Esta película demuestra que la iglesia no fue totalmente ni siquiera neutral, se involucró en algunos aspectos de manera totalmente deleznable para luego jugar al no recuerdo nada. La hipocresía de nuevo.
La historia de este cabrón por llamarlo de alguna manera que solo piensa en confesarse, pedir perdón a dios y seguir matando y pensando solamente en si mismo pero que al final le llega su san Benito o su san Cristóbal en su caso.
Gran interpretación de M. Caine como nos tiene acostumbrados y buena la ambientación en esa Francia algo rancia y decadente.