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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Drama Un matrimonio trata de superar la muerte de su hijo de cuatro años en un accidente automovilístico. Adaptación de la novela homónima ganadora del Premio Pulitzer en la categoría de drama. (FILMAFFINITY)
25 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo último que se podía esperar después de ver sus dos primeras películas es que John Cameron Mitchell dirigiera una película como Rabbit Hole. Una película en la que la contención, la serenidad, la elegancia y una melancólica tristeza se apoderan de la función.
Hemos visto en muchas ocasiones dramas en los que la muerte de un hijo lleva a sus padres a un pozo sin fondo del que les resulta imposible salir. Son historias que siempre duelen aunque no siempre encuentran la mejor de las resoluciones en su paso a la pantalla. En este caso, en cambio, el inesperado director de la película ha encontrado el tono perfecto para que la película encoja el corazón del espectador, sin martirizarlo con todo tipo de despropósitos dramáticos.
La historia se centra en la vida familiar de un matrimonio que unos meses antes ha perdido, en un desafortunado accidente, a su único hijo de cuatro años. Se siguen queriendo, pero la distancia que les separa desde entonces sigue siendo abismal, y la forma de aceptar y enfrentarse a la muerte del niño es completamente diferente. Él intentando seguir adelante, pero manteniendo siempre vivo el recuerdo de su hijo. Ella todo lo contrario, intentando deshacerse de cualquier cosa que le recuerde a él, pero sin avanzar en su dolor.
Para redondear la historia hay otros personajes que aportan una bocanada de aire a la dramática situación, como son la madre de ella, que conoce perfectamente el sufrimiento de su hija, y el adolescente que atropelló al niño, cuya relación con la protagonista se convierte en el gran hallazgo de la historia.
El guionista David Lindsay-Abaire adapta su propia obra de teatro, que ya triunfó en Broadway, consiguiendo una historia que fluye con total naturalidad, en la que nada parece forzado, donde el drama se presenta sin estridencias, y donde los personajes actúan con absoluta honestidad. El director John Cameron Mitchell se encarga de que nada de todo esto se pierda en su puesta en imágenes. Posiblemente su trabajo sea el más invisible de todos, pero precisamente por eso, en este caso, es bastante meritorio.
Mención aparte merece el excelente reparto, en el que brilla Nicole Kidman. Sin excesos y con mucha delicadeza consigue hacer cercano al personaje más difícil de toda la película. Aaron Eckhart y Dianne Wiest están a su altura, pero a quien me gustaría destacar es al adolescente Miles Teller que en sus dúos con Nicole Kidman está realmente conmovedor.
Para terminar señalar que siendo Rabbit Hole una de las películas más interesantes que optaron a los pasados Oscar, pese a su única candidatura, sigue estando inédita en los cines españoles.
ernesto
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