Haz click aquí para copiar la URL
España España · bilbao
Voto de ernesto:
9
Comedia. Romance Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen). (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2013
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que esto lo escribo siempre, pero cada vez que veo por primera vez uno de esos clásicos indiscutibles, dirigido por uno de esos directores legendarios e interpretado por uno de los iconos del cine, la sensación previa no es de ilusión sino de miedo. Miedo a no saber entender y disfrutar de aquello que los demás (de forma casi unánime) consideran genial. Alguna vez no he podido evitar cierta decepción ante alguna de esas obras maestras que nadie se atreve a discutir, y que yo, en cambio, no termino de disfrutar.
Así que el miedo al acercarme a El hombre tranquilo era considerable, ya que esta es una película que responde perfectamente a esas características. La crítica la adora, el público se emociona, e incluso los Oscar, allá por 1952, ya le concedieron algunas de sus estatuillas. Afortunadamente puedo decir que esta papeleta la he resuelto con éxito. El hombre tranquilo es todo eso que se ha dicho durante décadas, y a lo que yo probablemente no voy a aportar absolutamente nada novedoso.
Obviamente no seré yo quien a estas alturas descubra el nombre de John Ford, probablemente uno de los directores con más películas legendarias en su haber. Después de pasarse practicamente una década trabajando sin parar en una buena cantidad de westerns y películas bélicas, en el año 1952 John Ford se tomo un respiro y se traslado a Irlanda a dirigir El hombre tranquilo. Y es que esta película supone un auténtico remanso de calma, placidez y buen rollo.
La historia de El hombre tranquilo es bien sencilla. Sean Thornton es un hombre que después de llevar la mayor parte de su vida viviendo en Estados Unidos regresa al pequeño pueblo irlandés en el que nació con la intención de comprar la casa familiar e instalarse allí. Nada mas llegar queda deslumbrado por una joven pelirroja de carácter impetuoso, que a su vez es hermana del único hombre del lugar que le recibe con hostilidad. Esto, unido a las arcaicas costumbres que rodean a las relaciones de pareja, hace que la vida del tranquilo Sean Thornton no sea tan tranquila como él hubiera deseado.
Ya desde sus primeras imágenes se intuye que El hombre tranquilo nos va a transportar a un lugar, tanto físico como emocional, difícilmente olvidable. Innisfree no solo pasa a ser un deslumbrante paraje natural, sino que se convierte en un estado emocional que contagia ganas de vivir y de disfrutar del gozoso juego de amor que propone.
El duo que conforman el siempre imponente John Wayne y, especialmente, la preciosa y arrebatadora Maureen O´Hara convierten las idas y venidas de su relación en una vibrante sucesión de acontecimientos que culmina en unos veinte minutos finales absolutamente memorables. Ellos acarrean con el peso principal del relato, pero la presencia de personajes como los que encarnan Victor Mclaglen, Barry Fitzgerald o Mildred Natwick enriquecen hasta extremos deliciosos cada una de las tramas en las que aparecen.
Resulta admirable la sencillez y la transparencia con la que John Ford encara esta película, y la cantidad de emociones que, por contra, es capaz de transmitir. Además pocas veces el espíritu de una historia encaja de forma tan lograda con el lugar en el que transcurre. Los prados, las noches de tormenta, los arroyos o las tabernas estan fotografíados de forma mágica, se convierten en un personaje más, y pasan a ser parte inseparable de la merecida leyenda que acompaña a esta película.
ernesto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow