Está claro que el amor tal y como lo entiende el director Leos Carax, resulta de los mas cargante. El amor entre dos indigentes es mostrado por el director con un lirismo y un aliento poético de dudoso gusto.
El ambiente de la marginalidad queda bien reflejado, nos quedan claras las condiciones en las que viven los protagonistas. Pero lo que queda totalmente desdibujada, es la fuerza del amor que los une. Momentos presuntamente poéticos como los fuegos artificiales, o el esquí acuático por el Sena, no son suficientes para que entendamos una relación tan confusa como difícil.
El esforzado trabajo de sus protagonistas es vistoso pero no nos acerca a su interior, a sus sentimientos. Es un trabajo más físico que otra cosa.
En definitiva, una historia de amor, que pretendiendo ser algo importante, pierde casi toda su esencia.