Antes de nada aclarar que no he leído la novela de José Saramago en que se basa la película, así que en este caso no hay posibilidad de hacer eso tan habitual de comparar la película con el libro.
Fernando Meirelles es un excelente director de cine, como así lo certifican sus dos excelentes películas anteriores, Ciudad de Dios y El jardinero fiel. Con A Ciegas vuelve a demostrar su enorme talento como director, creando una película que atrapa en cada uno de sus fotogramas, pero creo que no aprovecha al máximo las posibilidades de una historia que se queda en lo más evidente, sin profundizar demasiado y sin proponer nuevos retos y desafíos en un argumento que en este caso no aporta nada que no hayan hechos otros títulos que con anterioridad han puesto al ser humano al límite.
A ciegas nos traslada a una ciudad indefinida, en una época indefinida, pero que bien podría ser cualquier gran capital en la actualidad. Allí un hombre se queda repentinamente ciego mientras espera con su coche en un semáforo. Todos los que han estado en contacto con él van contagiándose de esta ceguera sin motivo aparente. Y así la epidemia de ceguera se extiende por toda la ciudad. Para frenar el avance del contagio el gobierno decide recluir a los afectados en una especie de prisión en la que son almacenados a su suerte. Y es en esas condiciones al límite donde aflora lo peor de la naturaleza humana.
Las conclusiones que se extraen al acabar la película son bastante evidentes, y sobre todo poco novedosas. En ese sentido el alcance del análisis que pretende la película, y que por lo que me cuentan sí existe en el libro, es más limitado de lo esperado.
En cualquier caso, como he dicho, Meirelles es un buen director, y en esta película no desaprovecha la ocasión de hacer una película inquietante y muy atractiva. La historia le da la posibilidad de crear un mundo enfermizo y agobiante dentro de esa prisión a la que van a parar todos los enfermos. Su puesta en escena está llena de potencia visual, y contiene hallazgos fascinantes, como esa secuencia en la que las mujeres regresan de las sala 3, donde están recluidas, después de unos dramáticos acontecimientos. Es cierto que la actitud de los personajes, especialmente la de la única persona que puede ver, presenta demasiadas preguntas y pocas respuestas, pero esto lo suple el director con un trabajo lleno de intensidad dramática.
Dentro del reparto coral de la película destaca la presencia de Julianne Moore, que tiene el personaje más importante de la película, como la única mujer que no ha sido contagiada por la ceguera, y que ella resuelve con su fuerza habitual. El resto del reparto hace buenos trabajos pero se echa de menos un mayor desarrollo de algunos personajes como los de Danny Glover o Gael García Bernal.
A ciegas es, sin duda, una película sólida, pero que desaprovecha buena parte de las enormes posibilidades de una historia tan compleja como apasionante.