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Voto de Ara:
6
2013
John Fawcett (Creador), Graeme Manson (Creador) ...
7,1
8.101
Serie de TV. Ciencia ficción. Intriga. Drama. Acción
Serie de TV (2013-2017). 5 temporadas. 50 episodios. Sarah (Tatiana Maslany) es una mujer huérfana que es testigo del suicidio de una chica que es idéntica a ella. Sarah decidirá asumir su identidad, cuenta bancaria, hogar y demás… sólo para encontrarse en medio de una tremenda conspiración con clones de por medio. (FILMAFFINITY)
18 de junio de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Oprhan Black empezó potente, con una propuesta original y una actriz capaz de ofrecer 100 versiones de sí misma sin que ninguna desentonara. En su primera temporada, la serie era interesante. Era genial descubrir nuevos clones, y cómo Tatiana Maslany lograba dotar a cada uno de una personalidad única.
Pero ya entonces la serie jugaba una carta que, con el paso de las temporadas, ha sido su peor lastre. Se trata del ritmo. Un ritmo trepidante, intenso, donde la trama en sí misma es acción. En Orphan Black no hay descanso para la reflexión, para el desarrollo de personajes y de sus relaciones, o para que los acontecimientos se sucedan de manera natural.
Al principio, cuando las ideas aún estaban frescas, la serie fue capaz de mantener su coherencia. Bien llevada, una acción constante puede ser buena, precisamente por el mareo que provoca. Si el espectador no recuerda, pero los guionistas sí y además saben dónde quieren llevar la historia, probablemente te sorprendan. Pero no es el caso, y finalizada ya la cuarta temporada, que la quinta vaya a ser la última es un alivio.
Lo que tenemos ahora es una serie donde las tramas se desarrollan a trompicones, y donde todo está al servicio de lo que tenga que suceder en ese instante. Da igual lo que pasara segundos antes, y ya no digamos 3 episodios antes, o hace una temporada. No hay coherencia en el conjunto ni en muchas situaciones.
En este Orphan Black frenético no tienen cabida las clones más sosegadas, como Alison, ni nadie que en ese momento no pueda participar de la trama principal. Se les "exilia" a situaciones absurdas, como si esperaran entre bambalinas a que Sarah Manning los necesitara, o tuviera que salvarlos. Ya no digamos los secundarios, meros accesorios que aparecen de vez en cuando para echar un cable. Una se pregunta porque están allí y no siguiendo con sus vidas.
En el caso de los malvados, siguen una dinámica de "a rey muerto, rey puesto". Y el problema es que no estamos ante una Buffy que salva el mundo cada temporada. Aquí se supone que todo gira entorno a un mismo eje, y parece que cada vez que queman una idea, ya no saben qué sacarse de la manga para que todo siga siendo a vida o muerte.
En resumidas cuentas, Orphan Black era una serie con un gran potencial, pero echó a correr a ninguna parte y ya no ha parado. Hubiera sido bonito que fuera otra cosa, porque el potencial está ahí. Tanto en los actores (increíble Maslany) como en la idea.
En spoiler, spoilers de hasta el final de la 4a temporada.
Pero ya entonces la serie jugaba una carta que, con el paso de las temporadas, ha sido su peor lastre. Se trata del ritmo. Un ritmo trepidante, intenso, donde la trama en sí misma es acción. En Orphan Black no hay descanso para la reflexión, para el desarrollo de personajes y de sus relaciones, o para que los acontecimientos se sucedan de manera natural.
Al principio, cuando las ideas aún estaban frescas, la serie fue capaz de mantener su coherencia. Bien llevada, una acción constante puede ser buena, precisamente por el mareo que provoca. Si el espectador no recuerda, pero los guionistas sí y además saben dónde quieren llevar la historia, probablemente te sorprendan. Pero no es el caso, y finalizada ya la cuarta temporada, que la quinta vaya a ser la última es un alivio.
Lo que tenemos ahora es una serie donde las tramas se desarrollan a trompicones, y donde todo está al servicio de lo que tenga que suceder en ese instante. Da igual lo que pasara segundos antes, y ya no digamos 3 episodios antes, o hace una temporada. No hay coherencia en el conjunto ni en muchas situaciones.
En este Orphan Black frenético no tienen cabida las clones más sosegadas, como Alison, ni nadie que en ese momento no pueda participar de la trama principal. Se les "exilia" a situaciones absurdas, como si esperaran entre bambalinas a que Sarah Manning los necesitara, o tuviera que salvarlos. Ya no digamos los secundarios, meros accesorios que aparecen de vez en cuando para echar un cable. Una se pregunta porque están allí y no siguiendo con sus vidas.
En el caso de los malvados, siguen una dinámica de "a rey muerto, rey puesto". Y el problema es que no estamos ante una Buffy que salva el mundo cada temporada. Aquí se supone que todo gira entorno a un mismo eje, y parece que cada vez que queman una idea, ya no saben qué sacarse de la manga para que todo siga siendo a vida o muerte.
En resumidas cuentas, Orphan Black era una serie con un gran potencial, pero echó a correr a ninguna parte y ya no ha parado. Hubiera sido bonito que fuera otra cosa, porque el potencial está ahí. Tanto en los actores (increíble Maslany) como en la idea.
En spoiler, spoilers de hasta el final de la 4a temporada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Recuerdo con nostalgia cuando los clones podían decidir si seguir con sus vidas normales, a cambio de unas pruebas periódicas, o seguir indagando en su naturaleza y arriesgarlo todo. La paranoia de no saber si alguien cercano es, en realidad, un espía. Todas esas tramas, también misteriosas y de ciencia ficción, que ahondaban en el lado humano de las protagonistas.
Ahora tenemos una Rachel fuera de sí porque sí, después de una temporada de ablandamiento. Y un "final" de Beth Childs decepcionante. Cuatro temporadas de misterio, "qué narices vio esa mujer", y resulta que todo fue una amenaza. En fin.
Ahora tenemos una Rachel fuera de sí porque sí, después de una temporada de ablandamiento. Y un "final" de Beth Childs decepcionante. Cuatro temporadas de misterio, "qué narices vio esa mujer", y resulta que todo fue una amenaza. En fin.