Película excesivamente dialogada, donde no se dicen cosas muy inteligentes ni interesantes y que sugiere más de lo que cuenta. Por momentos crea expectación, y en otras aburre con su monotonía que hay que superar tratando de entender la psicología de los personajes, nada profundos por supuesto. Es evidente su impronta de Escuela de cine o síndrome de la Opera Prima, ya que se nota cierta falta de oficio en el director Ezequiel Acuña (aunque en este caso es su tercera película). La idea no es mala, pero al no definir lo que quiere sugerir (si es que sugiere algo, pues por ahí ni siquiera se lo planteó el director y guionista, Ezequiel Acuña), termina como empezó, sin poder saber a qué viene tanto palabrerío pronunciado por los actores. Afectada de hiperrealismo que por momentos es ridículo. Tampoco se descubre el porqué del título, excepto que sea Excursiones de la trama a ninguna parte. Luego, con ver Gran Hermano, y algunas de sus largas e inútiles charlas, ya logramos obtener como espectadores lo mismo que ofrece la película: nada. Tanto titubeos y cabildeos, como ocultamientos y soslayos, hacen que los dos protagonistas dejen en el aire a los sufridos espectadores de esta charla interminable. Puntos buenos de la película es la música de la banda y cierto humor que planea durante todo el film sin lograr aterrizar en ningún momento, como el avión a control remoto de uno de los personajes. En fin, por momentos se deja ver si no se es muy exigente de esta experiencia bigbrotheriana.