Pues no lo he pillado. Pero es que nada de nada, ¿eh?, ni una mísera sonrisa. Que yo recuerde, la única emoción que me ha provocado esta película, aparte de la somnolencia, ha sido la gratitud hacia el director por la escena del topless de Inma Cuesta (me encantan las exigencias del guión, cuando son tan gratificantes). Hombre, eso y algún leve chispazo de simpatía hacia el personaje de Antonio de la Torre. Por lo demás...

Vamos, que parece mentira que esta insulsa comedieta sea del mismo director que "Azuloscurocasinegro". Francamente, me reí más con aquella, y mira que no iban los tiros en esa dirección. Pero allí había vida, con sus dolores, sus penas, sus miserias, sus amores y sus risas, y aquí los dolores, las penas y las miserias son de cartón piedra (vale, es una comedia; no es una excusa totalmente válida, pero bueno...), los amores son de colegio de primaria y las risas, directamente, no comparecieron.