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Voto de TOM REGAN:
5
6,6
6.681
Western. Drama
En 1892, un reputado capitán del ejército, Joseph J. Blocker (Christian Bale), se ve en la obligación de escoltar contra su voluntad a un moribundo jefe cheyenne (Wes Studi) y a su familia, de regreso a las tierras de su tribu en Montana. Para ello tendrán que emprender un peligroso viaje por las praderas de Nuevo México, donde se encontrarán con una joven viuda (Rosamund Pike) cuya familia fue asesinada por un grupo de comanches que ... [+]
8 de mayo de 2020
38 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
124/09(07/05/20) Fallido film revisionista del oeste americano y el trato que los blancos dieron a los nativos. Dirige y guioniza Scott Cooper sobre un manuscrito de Donald Stewart (guionista de "Missing" y "The Hunt for the Red October", murió hace 18 años, y es difícil saber cuánto de queda el material original), desarrollando un western letárgico en su ritmo, donde el realizador confunde lentitud con profundidad. La mayor parte del metraje (al menos así me lo pareció a mí) nos la pasamos viendo como un grupo de jinetes surca el medio oeste americano (sus infinitas llanuras), donde priman los silencios, pasan muchas cosas, y Cooper tiene la rara habilidad de que tengamos la sensación de que no pasa nada, pero es que cuando hablan los personajes tampoco dicen mucho, cayendo en la ultracorrección política, en un arco de evolución más previsible que después del día viene la noche. Dos horas y cuarto de metraje resultan agónicas, pues además nunca te sorprenden, y tampoco hay nunca imaginación especial en rodar escenas que me saquen del sopor, pues la acción resulta anodina, incluso torpona (ese inicio del cabeza de familia yendo a pecho descubierto contra un grupo de indios violentos resulta grotesco, cuando lo lógico es que se hubiera parapetado, siéndome ridículo desde principio), para todo derivar en un final olvidable y bastante dulzón y condescendiente. La película es la clásica historia de un viaje donde hay opuestos de carácter, y por supuesto se convierte en una travesía de aprendizaje y comprensión, o al menos esto pretende Cooper, pues a mí me ha quedado todo muy forzado, no hay sensación orgánica, no hay gradualidad, simplemente los cambios ocurren por imperativo del guión.
Este acercamiento paternalista al genocidio nativo-indio me resulta grimante cuando los nativos protagonista aquí casi pasan por cameos en su nula participación dramática, son meros arquetipos buenistas que soportan las vejaciones sin un mal gesto, al contrario, tiene gestos de bondad. Donde las únicas palabras contra el exterminio de los indios es de los blancos (la mujer de un Tte. Col. Durante una cena, o el rol encarnado por Bill Camp), reforzando la sensación de superioridad moral paternalista blanca. Cooper ansía hacer una reflexión sobre los caminos de la redención, sobre la expiación de los pecados, pretende denunciar el salvajismo con que se trató a los nativos USA (epítome que se comenta en el film es la Batalla de Wounded Knee, o más bien Masacre, el 29 de diciembre de 1890) pero todo esto me queda esquemático y superficial, remarcado de modo infantil por los roles de Bill Camp y de Robyn Malcolm, pero se pierde Cooper al querer equiparar al jefe indio y al capitán Blocker, a uno lo expoliaron y masacraron a su gente, y el otro fue parte de esta maquinaria asesina, por tanto pretender equilibrar su dolor me resulta grotesco. Y es que Cooper no arriesga lo más mínimo, surcando caminos ya muy vistos, tampoco es que saque lo mejor de unas actuaciones que van de lo rutinario a lo desaprovechado. Malo es cuando lo único que se me queda de la película es la preciosa fotografía con sus planos generales hermosos.
Tiene un comienzo algo tramposo en querer contrastar actitudes. Estamos en 1892, primero vemos como un grupo de comanches extermina casi por completo a una familia (solo escapa la madre, acabando con los hijos y padre) de colonos en una solitaria granja, donde al hombre le quitan la cabellera; Saltamos a como un grupo de soldados que apresan y trasladan violentamente, arrastrándolos, a un grupo de indios, ello ante la mirada impasible del capitán que come una manzana mientras se veja a los nativos; De aquí parte la gran trampa de la película, al querer nivelar al invasor con el invadido, se nos quiere decir que los dos bandos eran violentos, pero esto es alterar las raíces de todo este conflicto.
La película quiere componer un crisol de personalidades en este grupo viajero. Empezando por el capitán Blocker (Christian Bale), vive con el peso de su bélico pasado, con un gran sentido del deber y un gran odio a los nativos indios. Bale todo el tiempo con el mismo rostro (con enorme bigote, que no le deja ver la boca) de amargado, que solo cambia para llorar o gritar de dolor contendido, no tiene capas: Tenemos que tragar que su odio visceral a los nativos es por las varias batallas contra ellos, pero que esperaba este capitán, que no se defendieran? Cuando le toca cambiar lo hace movido por una fuerza ‘sobrenatural’, pues nunca se ve el motivo de su cambio de carácter; Una viuda, Rosalee (Rosamund Pike) a la que acaban de matar los comanches a toda su familia (hijos y marido), parece que será un personaje rico en matices, pues piensas odiará a los indígenas, pero esto no se atisba, simplemente parece estar allí para rellenar la cuota de una mujer blanca en la que el capitán deposite galantería; Un jefe indio Cheyenne, ya muy mayor, veterano de batallas contra los blancos, pero que ahora enfermo terminal desea morir en su tierra de Montana, siendo el causante (McGuffin) del viaje de su prisión en Nuevo México al estado del norte. Personaje nebulosa, pues nunca sabremos el porqué de su mansedumbre, con lo que queda como el tópico indio bueno sin más. Wes Studi hace lo que puede con un personaje plano, donde todo el rato tiene la misma inexpresiva pose y rostro; Con estos mimbres parece tendremos un relato previsible de acercamiento entre antiguos enemigos, pero todo resulta tan chapucero en este sentido que sientes que tras las cámaras la habilidad de provocar sensación de comunión es inexistente, todo se reduce a un par de charlas cortitas, alguna refriega juntos y ya está. Con lo que me queda es que aquí lo importante es el mensaje de tolerancia por encima de que este sea con matices. Y es que no hay una sola escena en que se les dé importancia a estos nativos, parecen algo al fondo de marco.
Este acercamiento paternalista al genocidio nativo-indio me resulta grimante cuando los nativos protagonista aquí casi pasan por cameos en su nula participación dramática, son meros arquetipos buenistas que soportan las vejaciones sin un mal gesto, al contrario, tiene gestos de bondad. Donde las únicas palabras contra el exterminio de los indios es de los blancos (la mujer de un Tte. Col. Durante una cena, o el rol encarnado por Bill Camp), reforzando la sensación de superioridad moral paternalista blanca. Cooper ansía hacer una reflexión sobre los caminos de la redención, sobre la expiación de los pecados, pretende denunciar el salvajismo con que se trató a los nativos USA (epítome que se comenta en el film es la Batalla de Wounded Knee, o más bien Masacre, el 29 de diciembre de 1890) pero todo esto me queda esquemático y superficial, remarcado de modo infantil por los roles de Bill Camp y de Robyn Malcolm, pero se pierde Cooper al querer equiparar al jefe indio y al capitán Blocker, a uno lo expoliaron y masacraron a su gente, y el otro fue parte de esta maquinaria asesina, por tanto pretender equilibrar su dolor me resulta grotesco. Y es que Cooper no arriesga lo más mínimo, surcando caminos ya muy vistos, tampoco es que saque lo mejor de unas actuaciones que van de lo rutinario a lo desaprovechado. Malo es cuando lo único que se me queda de la película es la preciosa fotografía con sus planos generales hermosos.
Tiene un comienzo algo tramposo en querer contrastar actitudes. Estamos en 1892, primero vemos como un grupo de comanches extermina casi por completo a una familia (solo escapa la madre, acabando con los hijos y padre) de colonos en una solitaria granja, donde al hombre le quitan la cabellera; Saltamos a como un grupo de soldados que apresan y trasladan violentamente, arrastrándolos, a un grupo de indios, ello ante la mirada impasible del capitán que come una manzana mientras se veja a los nativos; De aquí parte la gran trampa de la película, al querer nivelar al invasor con el invadido, se nos quiere decir que los dos bandos eran violentos, pero esto es alterar las raíces de todo este conflicto.
La película quiere componer un crisol de personalidades en este grupo viajero. Empezando por el capitán Blocker (Christian Bale), vive con el peso de su bélico pasado, con un gran sentido del deber y un gran odio a los nativos indios. Bale todo el tiempo con el mismo rostro (con enorme bigote, que no le deja ver la boca) de amargado, que solo cambia para llorar o gritar de dolor contendido, no tiene capas: Tenemos que tragar que su odio visceral a los nativos es por las varias batallas contra ellos, pero que esperaba este capitán, que no se defendieran? Cuando le toca cambiar lo hace movido por una fuerza ‘sobrenatural’, pues nunca se ve el motivo de su cambio de carácter; Una viuda, Rosalee (Rosamund Pike) a la que acaban de matar los comanches a toda su familia (hijos y marido), parece que será un personaje rico en matices, pues piensas odiará a los indígenas, pero esto no se atisba, simplemente parece estar allí para rellenar la cuota de una mujer blanca en la que el capitán deposite galantería; Un jefe indio Cheyenne, ya muy mayor, veterano de batallas contra los blancos, pero que ahora enfermo terminal desea morir en su tierra de Montana, siendo el causante (McGuffin) del viaje de su prisión en Nuevo México al estado del norte. Personaje nebulosa, pues nunca sabremos el porqué de su mansedumbre, con lo que queda como el tópico indio bueno sin más. Wes Studi hace lo que puede con un personaje plano, donde todo el rato tiene la misma inexpresiva pose y rostro; Con estos mimbres parece tendremos un relato previsible de acercamiento entre antiguos enemigos, pero todo resulta tan chapucero en este sentido que sientes que tras las cámaras la habilidad de provocar sensación de comunión es inexistente, todo se reduce a un par de charlas cortitas, alguna refriega juntos y ya está. Con lo que me queda es que aquí lo importante es el mensaje de tolerancia por encima de que este sea con matices. Y es que no hay una sola escena en que se les dé importancia a estos nativos, parecen algo al fondo de marco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Vemos hay un soldado confederado, el sargento Metz (Rory Cochrane), en el ejército yanqui, y conviven en armonía; Hay un soldado negro, Henry Woodson (Jonathan Majors), el capitán alaba como su mejor soldado, por lo que no hay problemas con los de su raza, se obvia este elemento; Pero sin embargo si hay el racismo y el odio contra los indios.
Lo único que me queda de la película rescatable es la cinematografía de Masanobu Takayanagi (“Spotlight), con tomas preciosas de las montañas y llanuras estadounidenses, jugando dramáticamente con los ocasos del día, con los contraluces, con panorámicas ricas en sensaciones pictóricas, ello en detrimento de primeros planos escasos. Rodándose la película en Nuevo México, Arizona, y Colorado; Tiene interés la ominosa música creada por Max Richter (“Shutter Island” o “Vals con Bahir”).
Spoiler:
Hay situaciones incomprensibles:
Qué clase de comanches low-cost son los que atacan la familia al inicio que no son capaces de seguir el rastro de una mujer con su crio muerto?
Que pinta un soldado francés (Timothy Chalamet) en el ejército estadounidense? Nada se dice del porqué de esta disfuncionalidad, para a continuación desaparecer (morir) en un plis-plas.
Porque Ben Forster siempre hace el mismo papel de psicópata? Parece que tendrá importancia con el bombo que se da a sus argumentaciones, luego se escapa y da a entender dará problemas y posteriormente aparece muerto y fin al ‘bicho’. Esto ya es algo utilizado con los comanches que han quedado vivos tras la refriega, se mantienen como una amenaza latente, para luego aparecer muertos porque sí (¿?).
Porque Rosalee decide cuando llegan al Fuerte intermedio, no quedarse allí protegida y volver a la travesía con el capitán? Para ir a dónde? Porque el capitán deja que vaya con él para ser una carga innecesaria?
Porque no gritan las mujeres al ser raptadas en el rio por la noche?
Porque el sargento Metz dice al capitán de buena a priemras en medio del viaje que el se va, que ha terminado su trabajo, y el capitán lo deja ir como si nada?
Porque nos quieren colar como un romance natural platónico el que se da entre Rosalee y el capitán? Ella acaban de matarle a toda su familia, la han violado, y aun está para enamoramientos exprés?
Porque si Rosalee dispara tan bien, como demuestra en el tiroteo final, no se quedó con su marido al principio a combatir a los comanches?
Porque el capitán se dice que es tan bueno con su trabajo? Cuando vemos que sus tácticas de combate resultan propias de Mortadelo y Filemón. Y eso que sus oponentes nunca son muchos, pero acaban con todo su escuadrón menos él, un Napoleón precisamente no es.
Porque resultan tan rancios al dejar solo vivos al final el capitán y Rosalee? Ya sé que también queda el niño, pero es casi peor por el componente paternalista con que hay que darle un hijo adoptivo a la mujer blanca y rubia para hermanar razas.
Al final el capitán Blocker se hace amigo del jefe indio? No ha habido nada para esto se produzca, ninguna situación, ninguna conversación, nada, simplemente surge el viraje por combustión espontánea.
Porque hay un elenco de grandes secundarios tan desaprovechado? Desde Jesse Plemons (el hermano de Matt Damon separado al nacer), Peter Mullan, Bill Camp, Timothy Chalamet, Rory Cochrane, Adam Beach o Q'orianka Kilcher.
Al menos su final-epílogo si me resulta con poder lírico, cuando Rosalee y el niño indio se montan el tren (no se sabe a dónde). El ya civil Blocker se ha despedido de ellos, entonces el tren arranca, Blocker se va del lugar, entonces para pensar algo, se da la vuelta y despacio se vuelve hacia el tren, subiéndose por atrás, y entrando por la puerta trasera, y fin.
Me queda una película no mala, incluso loable en su bienintencionado mensaje, pero débil en su fuerza de exponerla, tampoco ayuda una realización tan monocorde. Fuerza y honor!!!
Lo único que me queda de la película rescatable es la cinematografía de Masanobu Takayanagi (“Spotlight), con tomas preciosas de las montañas y llanuras estadounidenses, jugando dramáticamente con los ocasos del día, con los contraluces, con panorámicas ricas en sensaciones pictóricas, ello en detrimento de primeros planos escasos. Rodándose la película en Nuevo México, Arizona, y Colorado; Tiene interés la ominosa música creada por Max Richter (“Shutter Island” o “Vals con Bahir”).
Spoiler:
Hay situaciones incomprensibles:
Qué clase de comanches low-cost son los que atacan la familia al inicio que no son capaces de seguir el rastro de una mujer con su crio muerto?
Que pinta un soldado francés (Timothy Chalamet) en el ejército estadounidense? Nada se dice del porqué de esta disfuncionalidad, para a continuación desaparecer (morir) en un plis-plas.
Porque Ben Forster siempre hace el mismo papel de psicópata? Parece que tendrá importancia con el bombo que se da a sus argumentaciones, luego se escapa y da a entender dará problemas y posteriormente aparece muerto y fin al ‘bicho’. Esto ya es algo utilizado con los comanches que han quedado vivos tras la refriega, se mantienen como una amenaza latente, para luego aparecer muertos porque sí (¿?).
Porque Rosalee decide cuando llegan al Fuerte intermedio, no quedarse allí protegida y volver a la travesía con el capitán? Para ir a dónde? Porque el capitán deja que vaya con él para ser una carga innecesaria?
Porque no gritan las mujeres al ser raptadas en el rio por la noche?
Porque el sargento Metz dice al capitán de buena a priemras en medio del viaje que el se va, que ha terminado su trabajo, y el capitán lo deja ir como si nada?
Porque nos quieren colar como un romance natural platónico el que se da entre Rosalee y el capitán? Ella acaban de matarle a toda su familia, la han violado, y aun está para enamoramientos exprés?
Porque si Rosalee dispara tan bien, como demuestra en el tiroteo final, no se quedó con su marido al principio a combatir a los comanches?
Porque el capitán se dice que es tan bueno con su trabajo? Cuando vemos que sus tácticas de combate resultan propias de Mortadelo y Filemón. Y eso que sus oponentes nunca son muchos, pero acaban con todo su escuadrón menos él, un Napoleón precisamente no es.
Porque resultan tan rancios al dejar solo vivos al final el capitán y Rosalee? Ya sé que también queda el niño, pero es casi peor por el componente paternalista con que hay que darle un hijo adoptivo a la mujer blanca y rubia para hermanar razas.
Al final el capitán Blocker se hace amigo del jefe indio? No ha habido nada para esto se produzca, ninguna situación, ninguna conversación, nada, simplemente surge el viraje por combustión espontánea.
Porque hay un elenco de grandes secundarios tan desaprovechado? Desde Jesse Plemons (el hermano de Matt Damon separado al nacer), Peter Mullan, Bill Camp, Timothy Chalamet, Rory Cochrane, Adam Beach o Q'orianka Kilcher.
Al menos su final-epílogo si me resulta con poder lírico, cuando Rosalee y el niño indio se montan el tren (no se sabe a dónde). El ya civil Blocker se ha despedido de ellos, entonces el tren arranca, Blocker se va del lugar, entonces para pensar algo, se da la vuelta y despacio se vuelve hacia el tren, subiéndose por atrás, y entrando por la puerta trasera, y fin.
Me queda una película no mala, incluso loable en su bienintencionado mensaje, pero débil en su fuerza de exponerla, tampoco ayuda una realización tan monocorde. Fuerza y honor!!!