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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama Narra la relación entre el célebre astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer, Jane, desde que ambos se conocieron siendo estudiantes en la Universidad de Cambridge a principios de los 60 y a lo largo de 25 años, especialmente en su lucha juntos contra la enfermedad degenerativa que postró al famoso científico en una silla de ruedas. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
20(23/01/15) Interesante film de James Marsch, biopic sobre la famosa figura del astrofísico británico Stephen Hawking, físico teórico y cosmólogo, genio de la astrofísica y una mente brillantísima, un personaje que personifica como las taras físicas no son una barrera insalvable para triunfar en la vida, un ser que por su imagen ya despierta lástima pero que ahondando en su recorrido vital nos encontramos a una persona con sentimientos que intenta sacar provecho al poco tiempo que estamos aquí. El guionista Anthony McCarten desde que leyó el popular libro de Hawking “Una breve historia del tiempo” (1988) se sintió atraído por el científico, en 2004 se publicaron las memorias de la primera esposa de Stephen Jane Hawking, “Viajar al infinito: Mi vida con Stephen”, y lo adaptó en un guión sin saber si se rodaría. Narra con solidez su vida desde que conoce en Cambridge a Jane hasta que es recibido en audiencia por la Reina Isabel, pasando por la degradación física de su enfermedad neurodegenerativa. Y sobre todo el film sobrevuela una actuación Impresionante, un Eddie Redmayne Colosal, no actúa se mimetiza con su personaje, memorable. (continua en spoiler)

La historia arranca en 1963 en la Universidad de Cambridge, el protagonista es prodigioso estudiante de astrofísico Stephen Hawking (gran Eddie Redmayne), en una fiesta conoce a la estudiante de literatura Jane Wilde (buena Felicity Jones), los dos comienzan una relación de amor. Stephen comienza a padecer los síntomas de una enfermedad, tras caer desmayado acude al médico que le diagnostica ELA (esclerosis lateral amiotrófica), y le pone el horizonte máximo de 2 años de vida, durante este tiempo irá perdiendo todas sus capacidades motoras, solo su cerebro funcionará correctamente. Entonces decide dejar a Jane para que no sufra por él, pero ella se niega, con lo que terminan casándose. Stephen realiza su tesis doctoral sobre el tiempo, especula sobre si los agujeros negros pudieran ser el origen del universo, y más proyectos. A partir de aquí asistimos a como compagina Stephen sus estudios con su compleja vida conyugal.

La cinta es un relato lineal, de estructura convencional, todo políticamente correcto, meritorio pero no maravilloso, pone el foco más en su relación marital que en desgranar sus estudios en astrofísica, seguimos varias etapas en 3 décadas, su vitalidad y compañerismo en la universidad, su romance, su diagnóstico, su matrimonio, su descomposición muscular, y por medio algunas ideas sueltas sobre sus libros, hasta que publica “Breve historia del tiempo” que le da fama mundial, la historia entretiene, deja buen sabor, lleva un ritmo sereno pero no lento, no enfatiza el melodrama de su enfermedad, no se regodea en el sufrimiento del protagonista, sabe tratar el tema con suma elegancia, no cae en lo sentimentaloide de su drama, no resulta maniquea, de hecho contiene dosis de humor desengrasante, muy del propio Hawking, se pone el acento en el optimismo del personaje que nunca lo vemos desfallecer y dejarse ir, el reverso positivo de la hispana “Mar adentro”, se realiza una semblanza muy humana del astrofísico, exhibiendo su tremenda fuerza de voluntad, su superación personal, toda una lección para el mundo, sabiendo el director equilibrar una historia que podría ser trágica con una tono esperanzador, se expone una evolución ambigua del personaje, pues cuanto más avanzamos peor físico tiene. Se explora muy livianamente sus disquisiciones entre la ciencia y la religión, de cómo varió su ateísmo.

Todo esto se siente desde una visión filtrada por Jane, la esposa de Stephen, pasó 25 años con él, entiendo es por ello que apenas conocemos nada de sus estudios, tocados tangencialmente, de modo superficial y simplista, contrasta a el hombre que no se puede mover por sí solo y que busca el Origen del Universo con el lado intimista de una complicada relación marital, pues la atención principal se pone en lo segundo, por ello decepcionara a los que busquen introspección de los trabajos de Hawking, se centra para mi gusto demasiado en su matrimonio, cuando podría haber interrelacionado su labor de cosmólogo con su relación de amor. Su romance y posterior matrimonio es narrado con mucho estilo, pero termina oliendo al clásico amorío, con baile pasteloso en puente bello con farolillos, esto hace tenga efluvios a tópicos y clichés del género. El problema puede ser que al querer abarcar demasiado se queda rabicorta en mostrar la genialidad de Stephen, por lo que es conocido, y queda bastante trivialmente tratado. También denota una cierta patina a hagiografía, demasiada reverencia y nada de buscar sombras, todo me queda bonito pero falto de complejidad, lo cual reta emociones y emotividad. Asimismo le faltan desarrollo a los secundarios resultan muy plúmbeos.

A James Marsch en algunos tramos se le va la mano queriendo empujarte hacia lo sentimentaloide, me refiero a cuando te mete la excelente música para provocarte sensaciones forzadas. Aunque el realizador deja su marca en un par de escenas ingeniosas, como la mancha de café, o como su mente trabaja a través de la visión de una hoguera ardiendo a través de la tela del jersey, a parte de estos apuntes queda una dirección pulcra y sin riesgo alguno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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