57/11(10/03/12) Entretenido film de crítica social, el problema es que ansia dar más de lo que puede, es de los que buscan remover conciencias y tocarte la fibra sensible. Carlos (gran Demian Bichir) es un inmigrante mexicano ilegal en Los Ángeles, tiene a su cargo a su hijo de catorce años Luis (buen Luis Galindo), su madre los abandonó, trabaja de jardinero de algunos ricos angelinos, le compra con la ayuda de su hermana una ranchera a un amigo, con las herramientas y su lista de clientes, esto con el objetivo de hacer realidad ‘El Sueño Americano’, que su hijo tenga una Vida Mejor, que tenga buenos estudios y alejarlo de la tentadora senda de los pandilleros, y esto teniendo encima la espada de Damócles, pues una parada de la policía provocaría su deportación, pero el primer día de curro coge a un tipo para que le ayude y en un descuido este le roba la camioneta con todos los aperos, comenzando junto a su hijo la búsqueda desesperada del vehículo, convirtiéndose esto en un retrato de unos Ángeles deprimente, alejada del glamur, un descenso a las cloacas de la gran urbe, esquinas donde grupos de personas anhelan que alguien los escoja para tener trabajo y poder comer ese día, barrios-guetos peligrosos, pisos-pateras donde se hacinan personas cual ganado, así como la trastienda de las alegres fiestas, donde los inmigrantes ejercen de camareros, cocineros, limpiaplatos, y más. La cinta en realidad es una puesta al día de la Obra Maestra de Vittorio de Sica ‘Ladrón de bicicletas’, es un sentido homenaje a los inmigrantes de bien que solo buscan un futuro mejor que el suyo para sus hijos, a como no deben perder sus raíces, reflejado en la escena del rodeo en que el hijo ese encuentra fuera de lugar. El guión no es original, navega por lugares comunes, es un clásico descenso a las miserias de nuestra sociedad partida, no toca temas escabrosos, mantiene un tono plano, no rasca en la maldad de las pandillas, rezuma un buenismo cándido, donde todos son buenos, incluso los malos son buenos. La historia solo busca conmover y lo pretende de modo simplista, no hay sobresaltos, no hay giros, no hay más que previsibilidad. Lo mejor es la gran interpretación del mexicano Demian Bichir, un qué tipo transmite el amor a su hijo, su interpretación contenida transpira humanidad, su rostro melancólico emite lo sufrido, borda su rol y es el que sostiene de forma encomiable la narración. Recomendable a los que gusten de dramas sociales. Fuerza y honor!!!