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Voto de TOM REGAN:
7
5,8
2.536
Drama. Aventuras
Un joven presidiario de apenas veinte años logra escapar de la cárcel con la ayuda de su esposa, casi una niña. Lo que se propone es recuperar a su hijo, cuya custodia ha sido entregada por la ley a una familia de acogida. Lo sorprendente es que la fuga se produce a pesar de que la pareja tiene serias limitaciones mentales. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
12/12(12/01/23) Buena primera dirección para cines del maestro Steven Spielberg (“Duel” era un telefilm, curiosamente otra road-movie], debido a su gran calidad fue estrenada con gran éxito en cines). Road-movie (en los 70 muy de moda) mezcla ingeniosamente drama y humor, adapta el guión de Hal Barwood y Matthew Robbins, dupla que volvería a colaborar con el director en reescrituras no acreditadas para “Tiburón” y “Encuentros en la tercera fase”, un relato de perdedores White-trash, sigue a una mujer encarnada por la notable Goldie Hawn, demostrando su capacidad para la comedia en comunión con su capacidad expresiva para emitir emociones conmovedoras (vive el carpe diem, visceral, infantil, maravillosa cuando decide maquillarse porque en una foto de periódico sale ‘fea’; o su candidez al pedirle al secuestrado le firme un periódico), y su esposo al que da vida un estupendo William Atherton (entre él y la Hawn hay una muy apreciable química), huyendo de la policía toman de rehén a un oficial policial al que embiste un buen Michael Sacks, no conscientes que su fin solo puede ser uno, llegan a parecer par de Quixotes ensoñando un futuro esquivo, marchan por carreteras de Texas con intención de llegar a la titular (originalmente) Sugarland para recuperar a su hijo que las autoridades quieren dar a un hogar de acogida, mientras son perseguidos por un noble sheriff al que da rostro un fenomenal Ben Johnson (su rol presume de no haber matado a nadie en 18 años de servicio, y querría seguir este rumbo), inspirándose libremente en hechos reales, (por ejemplo: El hombre no escapa en la vida real de prisión, estaba en libertad condicional), Lou Jean Poplin, en 1969 secuestró a un agente de Texas y tuvo a la policía en jaque en una cacería a través de todo el estado, en esfuerzo por salvar a su hijo de la adopción, este complejo personaje fue suficiente para convencer a Goldie Hawn para que volviese a la pantalla después de un año de descanso tras ganar un Oscar en “Cactus Flower” (1969).
Marcó la primera de muchas exitosas colaboraciones entre el Rey Midas de Hollywood y el gran compositor neoyorkino John Williams, desde entonces ha compuesto la música de todas menos cinco películas dirigidas por Spielberg, auqnue no es un trabajo musical a recordar, muchas ganas de insuflar halo folk sureño con armónica, pero no trasciende. Una historia algo irregular pero entretenida, con efluvios a la gran película de Billy Wilder “Ace in hole” de 1951, en cómo se conforma en efecto bola de nieve un ‘Gran Carnaval’ de circo mediático alrededor de la huida, ello en un crescendo de tensión acuciante, donde sentimos que la tragedia se cierne sobre estos desheredados, con picos de interés formidables, para desembocar en un final impropio, por su crudeza, del muchas veces sensiblero Spielberg, aquí nos deja una conclusión adusta y seca pro la empatía que ha generado de los protagonistas con el espectador, nos los ha hecho muy humanos en sus virtudes y falencias.
Aquí el director de Cincinnati crea una película con un estilo sereno, aun con sus altibajos, con mucha toma del convoy policial (quizás demasiados) con profusión de (excepto por la inclusión de una subtrama cercenable en que dos jóvenes patrulleros se unen a la persecución en dos Ford Custom 500/ Galaxie del año 72), Chrysler (con mucha toma de los tubos de escape de motores V8), que sigue a los huyentes, con hermosos paisajes de fondo áridos texanos, con bonistas tomas también nocturnas de los faros de coches cual fantasmas entre medio de la oscuridad en hileras por las carreteras. Ello regado de buenos momentos de acción en ágiles persecuciones, con accidentes, vuelcos, choques, o tremebundos tiroteos (el alocado en el negocio de venta de autos usados, que me recuerda a situaciones parecidas a la a la injustamente incomprendida “1941” también de Spielberg).
Podemos auscultar en las señas de identidad con que Spielberg ha regado sus películas ya por ya por seis décadas, como es centrar el McGuffing en un niño, con el retrato de familias disfuncionales (en muchos casos rotas), el mostrar como la inmadurez puede ser vista como algo genuino frente a la agria realidad del implacable destino (reflejado en dos francotiradores sin sentimientos, Mark Fenno [James N. Harrell] y Logan Waters [Frank Steggall]) la acidez con que critica a los medios de comunicación, tenemos el componente misógino en que la mujer se erige en castradora y manipuladora del hombre (aquí ella obliga a huir de la cárcel a su marido cuando solo le quedan 4 meses de condena, amén de cómo lo obliga a bajar del auto en el rush final), critica a la sociedad irracional (ese trio de cafres armados hasta los dientes que improvisan un akelarre de balacera).
Una película donde Spielberg consigue con su fluida descripción de los caracteres de protagonistas, que simpaticemos con ellos, con su ingenuidad, con su frescura, hace nos importe lo que les pase, notamos el cariño que se procesan, como son hijos del mal infortunio por lo que fueron a prisión. A la vez tenemos una encantadora relación de la pareja con su reo, como va creciendo la amistad entre ellos, todo hace estemos cerca de ellos. También tiene su importancia el perseguidor sheriff, un tipo bueno, que intenta por todos los medios no hacer lo que al final debe hacer con su orden parida de su sentido del deber.
Todo sorteado de algunas muy buenos tramos en un todo orgánico atractivo: Como esos ancianos que llevan en primera instancia a la pareja huida de la prisión a una velocidad donde lenta se queda corta, les adelantan y pitan todo el mundo, ello ante la inquietud de los huidos; La forma en que la acumulación de patrulleros policiales forma un tapón que ayuda a los perseguidos a escapar a la tención policial; Cuando Clovis (Atherton) ve en la pantalla de un auto-cine un corto del Correcaminos contra el Coyote, todos entendemos es una metáfora de la película, huyen y huyen; ... (sigo en spoiler)
Marcó la primera de muchas exitosas colaboraciones entre el Rey Midas de Hollywood y el gran compositor neoyorkino John Williams, desde entonces ha compuesto la música de todas menos cinco películas dirigidas por Spielberg, auqnue no es un trabajo musical a recordar, muchas ganas de insuflar halo folk sureño con armónica, pero no trasciende. Una historia algo irregular pero entretenida, con efluvios a la gran película de Billy Wilder “Ace in hole” de 1951, en cómo se conforma en efecto bola de nieve un ‘Gran Carnaval’ de circo mediático alrededor de la huida, ello en un crescendo de tensión acuciante, donde sentimos que la tragedia se cierne sobre estos desheredados, con picos de interés formidables, para desembocar en un final impropio, por su crudeza, del muchas veces sensiblero Spielberg, aquí nos deja una conclusión adusta y seca pro la empatía que ha generado de los protagonistas con el espectador, nos los ha hecho muy humanos en sus virtudes y falencias.
Aquí el director de Cincinnati crea una película con un estilo sereno, aun con sus altibajos, con mucha toma del convoy policial (quizás demasiados) con profusión de (excepto por la inclusión de una subtrama cercenable en que dos jóvenes patrulleros se unen a la persecución en dos Ford Custom 500/ Galaxie del año 72), Chrysler (con mucha toma de los tubos de escape de motores V8), que sigue a los huyentes, con hermosos paisajes de fondo áridos texanos, con bonistas tomas también nocturnas de los faros de coches cual fantasmas entre medio de la oscuridad en hileras por las carreteras. Ello regado de buenos momentos de acción en ágiles persecuciones, con accidentes, vuelcos, choques, o tremebundos tiroteos (el alocado en el negocio de venta de autos usados, que me recuerda a situaciones parecidas a la a la injustamente incomprendida “1941” también de Spielberg).
Podemos auscultar en las señas de identidad con que Spielberg ha regado sus películas ya por ya por seis décadas, como es centrar el McGuffing en un niño, con el retrato de familias disfuncionales (en muchos casos rotas), el mostrar como la inmadurez puede ser vista como algo genuino frente a la agria realidad del implacable destino (reflejado en dos francotiradores sin sentimientos, Mark Fenno [James N. Harrell] y Logan Waters [Frank Steggall]) la acidez con que critica a los medios de comunicación, tenemos el componente misógino en que la mujer se erige en castradora y manipuladora del hombre (aquí ella obliga a huir de la cárcel a su marido cuando solo le quedan 4 meses de condena, amén de cómo lo obliga a bajar del auto en el rush final), critica a la sociedad irracional (ese trio de cafres armados hasta los dientes que improvisan un akelarre de balacera).
Una película donde Spielberg consigue con su fluida descripción de los caracteres de protagonistas, que simpaticemos con ellos, con su ingenuidad, con su frescura, hace nos importe lo que les pase, notamos el cariño que se procesan, como son hijos del mal infortunio por lo que fueron a prisión. A la vez tenemos una encantadora relación de la pareja con su reo, como va creciendo la amistad entre ellos, todo hace estemos cerca de ellos. También tiene su importancia el perseguidor sheriff, un tipo bueno, que intenta por todos los medios no hacer lo que al final debe hacer con su orden parida de su sentido del deber.
Todo sorteado de algunas muy buenos tramos en un todo orgánico atractivo: Como esos ancianos que llevan en primera instancia a la pareja huida de la prisión a una velocidad donde lenta se queda corta, les adelantan y pitan todo el mundo, ello ante la inquietud de los huidos; La forma en que la acumulación de patrulleros policiales forma un tapón que ayuda a los perseguidos a escapar a la tención policial; Cuando Clovis (Atherton) ve en la pantalla de un auto-cine un corto del Correcaminos contra el Coyote, todos entendemos es una metáfora de la película, huyen y huyen; ... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
…; Goldie Hawn en braguitas presentándose coquetamente ante Atherton en la caravana a media luz, con esa entusiasta sonrisa de él ante la pícara visión; El caótico tiroteo en la casa de coches de segunda mano, donde los huidos deberán pedir ayuda policial ante su acoso; Como pasan por el pueblo siendo agasajados como Héroes por cientos de personas los huidos con el rehén, les hacen regalos para el bebe, les dan un cerdo, ella aprovecha para maquillarse en el auto, delirante; Y todo coronado por un final (aun muy forzado en su clímax, *spoiler) satisfactorio en su valentía, donde hay un muy poético plano final que sirve de fondo a los créditos finales (**spoiler).
También tiene elementos que fallan y hacen tener que forzar la credibilidad hasta hacerla suspenderla, ejemplo notorio (y falso con respecto a lo que pasó realmente) es la forma idiotesca de la huida de prisión, es tomarnos por tontos que dejen a una mujer de visita en prisión que vaya con un reo a los servicios sin ser vigilados, allí el preso se ponga una ropa de civil y ya con esto escape sin que nadie les pida documentación alguna al salir, ridículo. Como es poco verosímil (*spoiler), parte d ellos acontecimientos finales.
Tiene una buena puesta en escena, donde sobresale la miscelánea entre la fotografía pastelosa crepuscular del magiar Vilmos Zsigmond, junto a la rítmica edición de Edward M. Abroms y Verna Fields, con manejo (muy setentero) de pantallas divididas de espejos retrovisores o los rostros reflejados en los cristales, con esa sempiterna imagen tras el auto protagonista de una hilera infinita de coches policiales, en un claro indicativo permanente de que no pueden escapar, es una huida hacia la nada.
Spoiler:
Los Poplins llegan a Sugarland, al hogar donde se supone está su bebe. *Y esto me es chirriante que no se huelan es una encerrona, si hasta el rehén les advierte. Pero incomprensiblemente a Lou Jean le entra un ataque de castradora y obliga a Clovis a bajar e ir a la casa a por el bebe. Pero porque no piden se lo saquen afuera? Porque él se deja avasallar y accede a la evidente trampa? No pueden ser tan tontos. Por supuesto uno d ellos francotiradores le pega un tiro en el costado, aun así consigue volver al auto, y conduce huyendo a toda mecha de allí perseguido por los policías, que ahora si van a por ellos de modo brutal. Y no lo entiendo, ya no les importa el rehén policial? Como no entiendo que el otro francotirador no disparara a ella, pues se supone que en esta teoría de que ambos son potenciales asesinos del rehén, si ella ve que matan a su marido puede vengarse matando al secuestrado, me resulta atrompicado este rush final. Aunque la persecución final es espectacular en su ritmo y vigor. Y todo acabando con una lírica parada de coche de Clovis a orillas de un bucólico rio, donde muere Clovis entre ya los policías rodeado el auto. El sheriff coge la pistola al muerto, y se la da al rehén, que vemos a **contraluz del ocaso del sol ya acaba la pelí con la evidente zozobra del ya ex rehén, dolido por la muerte de Clovis. Un epílogo que precede a los créditos finales explica que Lou Jean pasó posteriormente quince meses de una pena de prisión de cinco años en un centro penitenciario para mujeres. Al salir, obtuvo el derecho a vivir con su hijo, convenciendo a las autoridades de que podía hacerlo.
Spielberg había leído sobre la participación del alguacil del condado de Robertson. ¿Su nombre? Nada menos que ET Elliott. La vida tiene una forma divertida de funcionar porque Elliott más tarde protegería a ET en el clásico de 1982.
Amena y por momentos sugerente película que además tiene el interés de ser el preludio en la entrada del Olimpo del Cine de un mito. Gloria Ucrania!!!
PD. Cárcel debería tener el que puso el título en español.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/loca-evasion.html
También tiene elementos que fallan y hacen tener que forzar la credibilidad hasta hacerla suspenderla, ejemplo notorio (y falso con respecto a lo que pasó realmente) es la forma idiotesca de la huida de prisión, es tomarnos por tontos que dejen a una mujer de visita en prisión que vaya con un reo a los servicios sin ser vigilados, allí el preso se ponga una ropa de civil y ya con esto escape sin que nadie les pida documentación alguna al salir, ridículo. Como es poco verosímil (*spoiler), parte d ellos acontecimientos finales.
Tiene una buena puesta en escena, donde sobresale la miscelánea entre la fotografía pastelosa crepuscular del magiar Vilmos Zsigmond, junto a la rítmica edición de Edward M. Abroms y Verna Fields, con manejo (muy setentero) de pantallas divididas de espejos retrovisores o los rostros reflejados en los cristales, con esa sempiterna imagen tras el auto protagonista de una hilera infinita de coches policiales, en un claro indicativo permanente de que no pueden escapar, es una huida hacia la nada.
Spoiler:
Los Poplins llegan a Sugarland, al hogar donde se supone está su bebe. *Y esto me es chirriante que no se huelan es una encerrona, si hasta el rehén les advierte. Pero incomprensiblemente a Lou Jean le entra un ataque de castradora y obliga a Clovis a bajar e ir a la casa a por el bebe. Pero porque no piden se lo saquen afuera? Porque él se deja avasallar y accede a la evidente trampa? No pueden ser tan tontos. Por supuesto uno d ellos francotiradores le pega un tiro en el costado, aun así consigue volver al auto, y conduce huyendo a toda mecha de allí perseguido por los policías, que ahora si van a por ellos de modo brutal. Y no lo entiendo, ya no les importa el rehén policial? Como no entiendo que el otro francotirador no disparara a ella, pues se supone que en esta teoría de que ambos son potenciales asesinos del rehén, si ella ve que matan a su marido puede vengarse matando al secuestrado, me resulta atrompicado este rush final. Aunque la persecución final es espectacular en su ritmo y vigor. Y todo acabando con una lírica parada de coche de Clovis a orillas de un bucólico rio, donde muere Clovis entre ya los policías rodeado el auto. El sheriff coge la pistola al muerto, y se la da al rehén, que vemos a **contraluz del ocaso del sol ya acaba la pelí con la evidente zozobra del ya ex rehén, dolido por la muerte de Clovis. Un epílogo que precede a los créditos finales explica que Lou Jean pasó posteriormente quince meses de una pena de prisión de cinco años en un centro penitenciario para mujeres. Al salir, obtuvo el derecho a vivir con su hijo, convenciendo a las autoridades de que podía hacerlo.
Spielberg había leído sobre la participación del alguacil del condado de Robertson. ¿Su nombre? Nada menos que ET Elliott. La vida tiene una forma divertida de funcionar porque Elliott más tarde protegería a ET en el clásico de 1982.
Amena y por momentos sugerente película que además tiene el interés de ser el preludio en la entrada del Olimpo del Cine de un mito. Gloria Ucrania!!!
PD. Cárcel debería tener el que puso el título en español.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/01/loca-evasion.html