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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Western. Drama Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
28 de diciembre de 2021
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
408/01(01/12/21) Sugerente y extraña producción australiana, un drama adusto que con el telón de fondo de un western crepuscular (rodado en Nueva Zelanda) en realidad desarrolla un entramado de relaciones alienantes que deconstruyen la masculinidad, esa que emerge de la testosterona y la misoginia. Dirigida por la kiwi Jane Campion (tras doce años sin estrenar películas), que guioniza adaptando la novela homónima de 1967 de Thomas Savage, influido por el origen literario la realizadora divide la narración en cinco capítulos nombrados por números romanos, con cada uno hay elipsis, el ritmo es sereno y pétreo, haciendo que las diferentes personalidades se expongan de modo claro en sus virtudes y muchas fragilidades. Protagonizada por un impresionante Benedict Cumberbatch en el rol de un macho alfa, una excelente Kirsten Dunst en el papel de una mujer acomplejada, Jesse Plemons en la figura de un enamoradizo ranchero, y Kodi Smit-McPhee que está sensacional como un amanerado con mucho mundo interior oculto. Ello con Campion indagando en uno de sus mantras, como es las raíces del deseo, la obsesión, las represiones sexuales, las frustraciones, la introspección de la mujer en una sociedad regida por el hetero patriarcado, para un relato que va virando de un lado a otro por senderos imprevisibles, con delineación mórbida, creando incomodidad en el espectador por la crudeza de muchos momentos, historia de complejidad psicológica que ausculta corrientes ocultas de las corazas que nos autoimponemos para esconder falsas apariencias, ello enmarcado por paisajes áridos y hostiles. Se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia el 2 de septiembre de 2021, donde Campion ganó el León de Plata a la Mejor Dirección.

En 1925, Montana, los ricos propietarios del rancho Phil (Benedict Cumberbatch) y George Burbank (Jesse Plemons) se encuentran con la viuda y propietaria de la posada, Rose Gordon, durante un arreo de ganado. El bondadoso George se siente rápidamente atraído por Rose, mientras que el volátil Phil, muy influenciado por su difunto mentor "Bronco" Henry, se burla del hijo de Rose, Peter, por su ceceo y sus modales afeminados.

Campion sabe dotar de enorme simbolismo a elementos que cobran vida dramática en el relato desde esa flor de papiroflexia de Pete, el banjo de Phil que utiliza con violencia, la silla de montar de Bronco Henry, reverenciada cual Tótem religioso, el piano y su aparatosidad que hace afligir a Rose en las expectativas creadas por un comentario, el pañuelo que alguien utiliza a modo sensual erotismo, o la cuerda que trenza Phil para Pete. Todos recursos que la directora maneja con esmero para ir evolucionado una historia alienante. Es en la parte final donde la película crece con la singular relación entre Pete y Phil, donde este último parece abrir sus traumas y corazón reflejándose en Pete, una química ladina surge entre ambos, sentimientos ambiguos fluyen entre ambos, donde la tensión es latente en todo momento, y sientes alguna catarsis está a punto de suceder pero cual novela de Patricia Highsmith hay sorpresa final que da para sub lecturas.

Notable puesta en escena para su fundamental misión de proyectar un estado de ánimo adecuado. Empezando por el estupendo diseño de producción de Grant Major (“El Señor de los Anillos” o “King Kong”), recreando con estimable tino Montana (USA) en la Isla Sur de Nueva Zelanda, con valles y praderas inmensas, con esas montañas de formas sinuosas, donde el ser humano se siente pequeño en la inmensidad de la naturaleza, con esa residencia ampulosa, de enormes salones, en disonancia con los pequeños dormitorios; esto enaltecido por la primorosa cinematografía de Ari Wegner (“Lady Macbeth”), con un bañado ámbar que aporta frialdad ambiental, con profundidades campo que sirve en el interior de la mansión para aislar a los personajes, con mucha penumbra que da relieve de sombras a los personajes; esto adornado por la ominosa música del guitarrista de Radiohead, Jonny Greenwood (“There Will Be Blood”), que surte de melodías de cuerdas agitadas que emiten tensión y zozobra perturbadora, proyectando inquietud latente.

Encuentro una laguna argumental en la relación de los hermanos con sus padres (Peter Carroll y Frances Conroy), como si algo se hubiera perdido en la mesa de montaje, quedando esta muy esquemática, con lo que las relaciones paterno-filiales sugieren de las personalidades de los hijos.

La historia plantea una clásica dicotomía entre hermanos, cuasi bíblica de Caín y Abel, dos caras de una misma moneda, comparten dormitorio al inicio, pero son antagónicos. Phil es la imagen del vaquero rudo, con el sombrero, las perneras, las botas, los estribos, con aversión a lavarse ("Apesto. Y me gusta”, espeta), cuando lo hace es a escondidas de los demás (cuando vemos a varios vaqueros bañarse en el río él aprovecha para hacer lo alejado de estos), con barba de varios días, gusta de montar a caballo por las praderas, marca ganado, es pendenciero, humilla al que no le gusta, llama ‘gordo’ a su hermano, gusta de herir a los demás con sus cínicos comentarios, sobre todo a la frágil Rose, que la ve en su misoginia como una intrusa que ha venido a vampirizar a su hermano, utilizando su banjo a modo de arma arrojadiza contra ella y su piano (otra vez el piano que hizo famosa a la directora en “El piano”). Ello en una actuación homérica de Benedict Cumberbatch, desplegando una intensidad y poder de aterrar vigoroso, dejando entrever sus grietas emocionales en momentos puntuales que le hacen humanizar y ver a una persona acomplejada que combate sus fantasmas sexuales (reflejados en su admiración homoerótica por un ‘legendario’ cowboy, Bronco Henry), arremetiendo contra los débiles, un resentido que evoluciona de modo turbador con Pete, su expresividad arrolla, su forma perversa de sonreír, de mirar, de moverse, Magno;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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