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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Ciencia ficción En la estación espacial conocida como la Rueda, un grupo de hombres se prepara para realizar una expedición a la Luna. Pero el ambiente está cargado de tensiones debido a la presión de la misión. Llegan nuevas órdenes de la Tierra, que cambian el objetivo del viaje al planeta Marte. La tripulación de la Rueda aborda una nave y se lanzan a explorar el planeta rojo, pero el general Merritt comienza a tener delirios de corte religioso, ... [+]
16 de febrero de 2024
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44/13(14/02/24) Prometedor film de ciencia ficción, termina no cumpliendo expectativas, sobre todo al perderse en su tramo importante en una sub trama religiosa pastosa e inverosímil por la forma torpe de exponerla. Estamos en la década de la eclosión del género, se hacían muchas producciones serie b enmarcadas en el mismo. Dirige Byron Haskin, venía de hacer un exitoso film del género como “La Guerra de los Mundos” (1953), y produce George Pal, la entendió como una secuela de su “Destino Luna” (1950). Basado en el libro homónimo del escritor de divulgación científica Willy Ley, ilustrado por Chesley Bonestell, Pal había contratado a Bonestall como asesor técnico en “Destination Moon”, fue gran éxito y Pal usó a Bonestall nuevamente en “When Worlds Collide” (1951). Aquí el guion es de Barré Lyndon (“La casa de la calle 92”), autor de la adaptación de la mencionada “La guerra de los mundos” (1953) de HG Wells. Paramount obligó a Pal a incluir una trama angustiosa sobre una disputa entre padre e hijo. Esta tensión alimentada por cuestiones religiosas, en aquel tiempo eran numerosas voces afirmaban el hombre no tenía que ir al espacio, el dominio reservado a Dios. La trama trata del primer vuelo interplanetario al planeta Marte, con una tripulación de cinco personas, y lanzado desde la órbita terrestre cerca de "La Rueda", la primera estación espacial de la humanidad. En su largo viaje al Planeta Rojo, se encuentran con varios peligros, tanto internos como externos, que casi destruyen la misión.

La humanidad ha alcanzado la capacidad de vuelos espaciales y construyó la estación espacial "La Rueda" en órbita a 1.730 kilómetros (1.075 millas) sobre la Tierra. Está al mando de su diseñador, el coronel Samuel T. Merritt (Walter Brooke). Su hijo, el capitán Barney Merritt (Eric Fleming), que lleva un año a bordo, quiere regresar a la Tierra. Se ha construido una nave espacial gigante en una órbita cercana y un inspector de la Tierra llega a la estación con nuevas órdenes: Merritt Sr. está siendo ascendido a general y comandará la nueva nave espacial, que ahora será enviada a Marte en lugar de a la Luna. Mientras el general Merritt considera a su tripulación de tres soldados y un oficial, su amigo cercano, el sargento Mahoney (Mickey Shaughnessy). Reseñar la pasión desmedida que el sargento procesa al Col. Merritt, rallando en el homoerotismo.

Es una cinta que pretende aportar realismo en su recreación del supuesto futuro cercano (aquí no hay marcianos, ni platillos volantes) y como serian estos viajes espaciales (que los astronautas en la estación espacial fumen como carreteros no ayuda), el gurú alemán que fue el gran ingeniero de la NASA responsable de la llegada del hombre a la Luna, Wernher von Braun, es el asesor técnico en el set y su libro “Mars Project” sirvió de base para muchos puntos concretos, incluida la forma de la estación orbital.

Destacando para ello unos efectos visuales espectaculares para su tiempo, con imágenes interespaciales impresionantes con la estación espacial, el vuelo del cohete, los paseos de por el espacio de los astronautas, todo un hito debió ser para su tiempo. Así como vigorosa es la recreación de los interiores de las naves, las comunicaciones de videoconferencias con familiares, llamativa es la secuencia de las pruebas físicas en que vemos los rostros desencajados de los astronautas. Aunque no se puede decir lo mismo de los trajes espaciales, donde brillan por su ridiculez unos guantes de quita y pon en el Planeta Rojo. Tampoco es de recibo que tengamos que tragar que los astronautas en pleno despegue del cohete, en medio de quedar mareados deban manejar los mandos, esto solo puede ser automáticamente y no dejarlo al albor de alguien que está casi vahído.

La película se beneficia de unos (para la época) buenos efectos especiales y en el argumento cobra especial peso el efecto que sobre la psique humana podrían tener las largas estancias en el espacio. Los brillantes efectos visuales especiales son obra del experto en la materia John P. Fulton, que incluso nos ‘regala’ un martimoto, además de la enorme y elegante nave espacial que se muestra en esta película, fue responsable de dividir el Mar Rojo en la versión de 1956 de “Los Diez Mandamientos”, destacando el uso del mate azul para los fondos, en miscelánea con la meritoria cinematografía de Lionel Lindon (“La vuelta al mundo en 80 días”). El diseño de la nave espacial y de la estación orbital fueron basados en trabajos de Wernher von Braun. La historia entremezcla algunos elementos de acción como un asteroide chocando contra la estación espacial, con elementos psicológicos de cómo pueden afectar estas aventuras interestelares a la mente humana, esto arraigado en las profundas creencias religiosas que otorgan el dominio de los Cielos a Dios. Este elemento beato seguramente es aportado por el guionista Philip Yordan (fue una ‘tapadera’ en tiempos de Caza de Brujas de McCarthy del ‘Black List’ Ben Maddow), experto en estas tareas de betas religiosas.

Es una peli en realidad bastante plana, sin mucha chicha, con actuaciones y personajes acartonadas, sin alma, no creas empatías con ellos. Meten el colapso mental de uno de los aspirantes a cosmonautas y luego esto lo abandonan. Tenemos un sonrojante elemento de querer que no creamos que en una misión a Marte se puede colar un polizón, de idiotesco que es resulta divertido.

Para aportar algo más están las escenas de acción como la espectacular del meteorito contra la estación espacial, bien llevado, y el asteroide gigantesco del que intenta huir el cohete, pero acaban pillando chispas del mismo. Acabando todo en un funeral espacial hermoso, primero con unas bellas y trémulas palabras religiosas del Coronel, y luego el féretro es lanzado al espacio flotando hacia la colosal puesta de sol, la mejor escena del film. Pero que deriva en que el líder de la misión se lo tome como una señal divina de que están jugando a trasgredir la Ley de Dios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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