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Voto de TOM REGAN:
10
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7,4
13.446
Comedia. Drama. Romance
Un viaje de Londres a la Riviera francesa hará que Joanna y su marido Mark revivan los románticos comienzos de su relación, los primeros años de su matrimonio y sus respectivas infidelidades. Con el paso del tiempo los dos han cambiado, por lo que tendrán que enfrentarse a un dilema: separarse o aceptarse mutuamente tal como son.
27 de mayo de 2012
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
103/04(07/05/12) Stanley Donen nos regaló una Obra maestra, la más grande radiografía que del matrimonio se haya hecho, una colosal comedia agridulce, una oda al amor, el más conmovedor relato que de una relación de pareja se ha rodado, una explosión de ingenio, con dos protagonistas en estado de gracia. Empezando por un espléndido guión original de Frederic Raphael (‘Lejos del mundanal ruido’ o ‘Eyes Wide Shut’), una obra de orfebrería plagada de diálogos y frases inteligentes, mordaces, punzantes, divertidas y con situaciones que mezclan de modo excelente el drama con la comedia y el romance, fascinante. Cuenta de un modo original para la época en cuatro saltos en el tiempo que se van alternando de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás, es la relación de 12 años entre un arquitecto, Mark Wallace (gran Albert Finney) y su esposa, Joanna (gloriosa Audrey Hepburn), son cuatro viajes por Francia, en los que asistimos a cuando se conocieron y enamoraron, a su viaje de reciencasados con una pareja con hija insoportable, otro con un coche clásico, un MG TD, y por último el que hacen con su hija pequeña donde el desgaste de la pareja es de enorme acidez, con este juguetón hilo argumental se sucede una estremecedora disección sobre las diferentes etapas del amor, la pasión del enamoramiento, el sexo, la ilusión de los reciencasados, la rutina, los hijos, el hastío, el egoísmo, la separación, la infidelidad, la reconciliación y más sentimientos pasan por esta road movie, esta carretera de la vida. El ritmo resulta muy fluido, nunca te pierdes en los tiempos, la vestimenta, los peinados y los coches son nuestra constante temporal, la historia te atrapa desde su inicio, te engancha y no te suelta, empezando por los fenomenales títulos de crédito iníciales hechos por Maurice Binder (creador de los míticos de la saga Bond), a esto sigue la nostalgia que emana de cada fotograma, es turbadora, la puesta en escena es sencillamente memorable, una utilización de los escenarios fabulosa, una magnífica fotografía de Christopher Challis (‘Arabesco’ o ‘Hundid el Bismarck’), ello adornado por la deliciosa música del gran Henry Mancini (‘Hatari!’, ‘Charada’ o ‘La Pantera Rosa’), que envuelve el film en un halo de melancolía enervadora del vello, baste decir que con todo lo bueno que hizo este compositor consideró este trabajo el mejor, asimismo resaltable es el dinámico y magistral montaje de Richard Marden (‘La Huella’ o ‘Hamlet’) y Madeleine Gug (‘Las Diabólicas’ y ‘El Salario del miedo’), tarea complicada pero que salvan con sobresaliente. (Continua en spoiler sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero todo esto no cuadraría sin la descomunal pareja Audrey Hepburn y Albert Finney, decir que hay química entre los dos es decir poco, su compenetración es colosal, es un continuo salto de chispas de frescura, de alegría, de acidez, de tristeza, de rabia, de odio, de desamor, de cariño, su ternura desborda la pantalla, su intensidad es arrolladora, están en su momento cumbre, jamás los dos han estado mejor, Audrey irradia una belleza y ternura con el que es imposible no enamorarse, transmite a la vez vulnerabilidad y fortaleza, sublime, Albert está soberbio en su rol de tipo sobrado que cree sabérselas todas, pero imperfecto y egoísta, sus dotes para el gag son fabulosas, impresionantes. De la cinta brotan escenas para el recuerdo perpetuo, Audrey Hepburn consideró dos de ellas en las favoritas de su carrera, cuando se cambia de ropa en el coche y cuando llevan comida de fuera al hotel, para después enterarse que estaba incluida en el precio, pero hay muchas más, como el running gag del pasaporte, Audrey moviendo los brazos imitando a una señal de tráfico, el MG ardiendo mientras la pareja conduce sin darse cuenta, en la que buscan la llaves del coche que la caprichosa niña ha tirado y más y más. Obra cumbre sobre la deconstrucción de un amor, de cómo el tiempo lo desgasta todo, como no sentirse identificados con esta pareja, la empatía que emiten es antológica. Recomendable a TODO el mundo. Fuerza y honor!!!
- Que clase de personas son las que se pasan horas sin nada que decirse?
- Los matrimonios.
- Que clase de personas son las que se pasan horas sin nada que decirse?
- Los matrimonios.