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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
3 de febrero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
23/27/01/15) Este film es de las sorpresas agradables con las que me topo ante la pantalla muy de vez en cuando, leyendo la sinopsis me entran pocas ganas de verla, pero una vez le he dado la oportunidad de empezar a verla te engancha y no te suelta en un fascinante increscendo dramático, para cuando acaba te sientes reconfortado por la formidable experiencia. Damien Chazelle en su segundo largometraje nos regala una cuasi-autobiografía en la que nos embarca en un viaje donde chocan la obsesión enfermiza por la perfección y los complejos y humillante métodos de enseñanza.

El director y guionista Damien Chazelle era un músico en una banda de jazz con mucha competencia entre sus miembros, basándose el relato en sus experiencias con su instructor en el grupo musical, eso sí, exagerando un poco más su carácter. El guión estuvo en la “Black List” de 2012 sobre los mejores libretos no llevados al cine. Como no obtenía financiación para el film, tuvo que reducir el guión de 85 a 15 páginas para hacer un cortometraje de 18 minutos que protagonizaría Johnny Simmons en rol de del batería y J.K. Simmons en papel de profesor (ambos sin relación familiar), siendo este un tremendo éxito en el Festival de Cine de Sundance de 2013, obteniendo la plata para la realización del largo, 3,3 millones $. Chazelle había sido guionista ya de “El último exorcismo II” y “Grand Piano”, este es su segundo largometraje tras Guy and Madeline on a Park Bend (2009), otro film con temática de fondo jazz, también lo será de su próxima dirección, “La la land”.

El film se convierte en un épico tour de forcé, apasiónate relato, poderoso y pétreo drama psicológico, absorbente travesía hacia la frontera de la búsqueda de la genialidad, lugar donde todo lo accesorio estorba, el campo de esta batalla psicológica es una banda de música y las armas una batuta y unos platillos, los contendientes un aspirante a músico (el discípulo) y un profesor cruento (el maestro), en lo que puede verse como un cruce perverso entre “La chaqueta metálica” y “Cisne negro”, uno de los contendientes será poseído por un espíritu competidor obsesivo-depredador que le hará apartarse de todo lo exterior que le influya, en el otro lado del ring está el maestro, otro obseso de encontrar la perfección, sus métodos no entienden de amabilidad y generosidad, lleva a sus alumnos al límite, cree en la pedagogía de la humillación, y aquel que soporte la presión estará preparado, un ejercicio cercano a la deshumanización para sacar la pureza, se explora con mordacidad si el fin justifica unos medios abrasivos, ahonda en la trastienda de los caminos hacia la genialidad, se marca una línea difusa entre la obsesiva creación artística y la cuasi-demencia, una especie de vía-crucis en la que se embarca el protagonista, para él lo importante es llegar a ser famoso, aun para ello deba cuasi-morir en el intento. Se radiografían las ansias patológicas de superación, de cómo esta odisea existencial deriva en sacrificios, se tocan las difíciles relaciones entre maestro y discípulo, en lo que puede considerarse un fresco desolador sobre el reverso amargo de “El Sueño Americano”, donde la competencia para llegar arriba es salvaje, solo unos pocos entre muy pocos rozaran el éxito, un decadente reflejo de una sociedad marcada por las ansias de triunfo. Es una escalofriante e intensa oda al amor a la música, aunque esta pueda entenderse incluso como McGuffin pues no se teoriza sobre la música, no hay charlas sobre técnicas, apenas se escuchan temas enteros, a excepción de su apoteósico final, se puede entender una excusa, podría haber sido cualquier otro arte, lo importante es el choque psicológico entre el aprendiz y el gurú. La cinta me gusta no juzgue, se limita a mostrar razones de unos y otros, humaniza al maestro con la Antológica frase de <Dos son la palabras que más daño han hecho a la música, “buen trabajo”>, comprendemos su vil comportamiento, puede provocar que el espectador crea se glorifica la tiranía humillante y las vejaciones, yo entiendo que lo que hacen es exponer una situación y que la conclusión es plantar la semilla mental de si está bien asfixiar anímicamente a un alumno para filtrar los buenos de los excelentes, o si esto es reprochable, y es que el que quiera la excelencia debe estar dispuesto a sufrir, si es demasiado o no la metodología Fletcher, cada cual tendrá su opinión.

Cazelle dota de tremendo ritmo la historia, desarrollo frenético en que no hay remansos de paz, las situaciones tensas se producen una tras otra, en conjunción fantástica de thriller, humor y musical, una evolución dramática en que se tocan temas como las ansias de perfeccionismo, las obsesiones patológicas, la ambición desmedida, la envidia, la pasión por la música, el orgullo, la soberbia, en un film que conmueve y emociona. El director muestra gran pulso narrativo exhibiendo momentos álgidos, magnífico en las escenas de ensayos, emitiendo un increscendo de angustia y de cansancio abrasante, vemos el sudor, el hastío, las lágrimas y la sangre, nos llega la tensión, el agotamiento y el sufrimiento.

Momentos para el recuerdo: El sugestivo arranque con redoble de batería increscente con la pantalla en negro, cuando termina vemos un pasillo y al fondo un tipo frente a una batería, vuelve el redoble y se produce un vertiginoso zoom para a cercarnos al batería, de pronto deja de tocar, hay un contraplano del profesor Fletcher, es el primer encuentro maestro-alumno que será la salsa del film; El feroz y express casting que hace Fletcher cuando escoge a Andrew; La cena familiar en que se producen unas disputas dialécticas entre un arrogante y displicente Andrew y sus primos, este ante el ataque que hacen a Charlie Parker dice <Preferiría morir a los 34 años de edad, borracho y completamente arruinado, contando con un puñado de gente sentada en una mesa piense en mí, que vivir hasta los 90, rico y sobrio, y sin nadie que se acuerde de quién fui>… (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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