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Voto de TOM REGAN:
10
7,1
16.238
Cine negro. Intriga
Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de todo... (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2016
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
151/09(15/07/16) Obra Maestra del cine negro, cinta que gana a cada visionado, glorioso debut en la dirección del hasta entonces exitoso guionista Lawrence Kasdan (“El Imperio contraataca”, “El retorno del jedi” o “En busca del Arca perdida”), un brillante homenaje al género noir inspirándose libremente en los clásicos de los años 40, coge elementos de “El cartero siempre llama dos veces” (1946) de Tay Garnett, de “Retorno al pasado” (1947) de Jacques Torneaur , y sobre todo de “Perdición” (1944) de Billy Wilder, relato escrito por el propio realizador y Raymond Chandler inspirándose en un relato corto de James M. Cain, titulado “Three of a kind”, estos recursos de historia de perdedores, femme fatale, personajes amorales, codiciosos, envueltos por su desmedida ambición en crímenes, es modernizada en manos de Kasdan, potenciando sobremanera los vínculos sexuales que entrelazan de modo sudoroso y caliente a los protagonistas, manejando de forma espléndida la atmósfera creada para evocar físicamente como hierven sexualmente los cuerpos de los personajes, edificando un clima denso, caluroso, sudoroso, remarcado con camisas empapadas en sudor, el uso constante de ventiladores, de aire acondicionado, o los modos de combatirlo metidos en una bañera llenándola los amantes de hielo o poniéndose sin camisa delante de la nevera abierta, film que fue precursor de un subgénero que proliferó y se pervirtió de modo rancio en los 80, el thriller erótico. Cinta que atrapa desde el inicio en sus ardientes redes, con unos protagonistas maravillosamente definidos, encarnados de modo fascinante por una sensual debutante Kathleen Turner y un desconocido por entonces William Hurt, entre los dos una química arrolladora, con unos secundarios formidables, con una tensión que se puede rasgar, con unos diálogos incisivos, mordaces, con afilados dobles sentidos, un guión prodigioso del propio Kasdan tocado por la varita de lo Divino, con un increscendo dramático absorbente, con giros sorprendentes en su desarrollo, y coronado por un final impactante.
El film te imanta desde su poderoso arranque, una llama difusa de fuego sobre la que surgen los créditos de inicio, bajo turbadores acordes de saxo del maestro John Barry, tras lo que vemos a un tipo a medio vestir mirando en la nocturnidad por una ventana un fuego a lo lejos, la amante que tiene en la cama le pregunta qué a que pertenece, él responde algo que define a su personaje <Es el Hotel Seawater. Mi familia solía comer allí hace 25 años. Lo han quemado para vender el terreno. Probablemente uno de mis clientes>. Relato apasionante maneja de modo memorable los registros del neo-noir, crea una ambientación malsana alrededor de los personajes, una tela de araña invisible, los va a atrapando a todos en sus abrasadoras redes, punzante red tejida por la lujuria desbordante, la ambición autodestructiva, el deseo sexual, te va asfixiando más y más, un microcosmos de seres sombríos regidos por la amoralidad, la falta de escrúpulos, la oscuridad del alma, la sensualidad manejada para manipular, para perturbar. Todo enmarcado extraordinariamente en un clima que le llega al espectador, que como los personajes siente la humedad y el calor que impregna cada fotograma, las altas temperaturas te producen sudor, un aire cargado de un fuego tal que trastorna eróticamente a los protagonistas, con escenas de una sexualidad sublime, sin caer en lo zafio o vulgar, y entonces Kasdan compone un juego soberbio en el que se conjugan deseo sexual y crimen pasional, produciéndose en una fluidez narrativa admirable, con naturalidad, apoyado en diálogos ingeniosos, divertidos, de réplicas y contrarréplicas inteligentes. Una narración subyugadora, que te enreda en su sugestivo entramado de engaños, sexo, pasiones desatadas, crímenes, con viciosas escenas de sexo adelantadas a su tiempo, con desnudos, ello nada gratuito pues el espectador con estas calentorras escenas comprende la química que entrelaza a los personajes.
Actuaciones esplendorosas todas. Empezando por la pareja protagonistas, de la que mana una compenetración salvaje de atracción cuasi-animal, construida en base a miradas, sugerencias, gestos, y unas charlas entre ellos henchidas de aguijón envenenado. Kathleen Turner en su debut en cine realiza una encarnación de femme fatale apabullante, cuasi-etérea flota sobre la pantalla, de una sensualidad suprema, desprende erotismo, lascivia, calor sexual, con voz suave, maneja su hermoso cuerpo de modo sibilino, Magnífica, con una figura, vestimenta y peinado que evoca a otras “leonas” del negro como Barbara Stanwyck y Lauren Bacall, avasalladora su primera aparición (desde la mirada de Ned) vestida toda de virginal blanco, escotada y falda con apertura hasta la rodilla, con el aire ondulando su bella melena abriendo su vestido, esto es lo que embrujó al protagonista. Willian Hurt excelente en su rol de nihilista mujeriego, lacónico, ingenioso, se mueve por la acción con frescura, aporta matices, debilidad, arco evolutivo estupendamente exhibido, cómo su rostro se va agriando, fenomenal. Ted Danson como el amigo de Ned, Peter Lowenstein, lo borda, deja impronta de grande en sus apariciones, con una labia aguda, con toques excelsos de bailarín amateur, gracias al guión y aprovechadas por él con réplicas impresionantes, como cuando le achaca a Ned “Reconozco que te he subestimado. No sé por qué tardé tanto. Utilizas tu incompetencia como arma.>, colosal, o en la espléndida última escena con Ned en el paseo marítimo en la noche, resonante. Richard Crenna está muy bien en su rol de marido de figura poderosa, deja dosis de su viscerabilidad en su poco tiempo en pantalla. Mickey Rourke en un papel secundario deja impronta de actor de raza, despliega una naturalidad y frescura grandiosa. JA Preston cumple en su escaso personaje, funcionando bien con su adusta y dura gestualidad que remarca el sentido del deber del agente policial.
El film te imanta desde su poderoso arranque, una llama difusa de fuego sobre la que surgen los créditos de inicio, bajo turbadores acordes de saxo del maestro John Barry, tras lo que vemos a un tipo a medio vestir mirando en la nocturnidad por una ventana un fuego a lo lejos, la amante que tiene en la cama le pregunta qué a que pertenece, él responde algo que define a su personaje <Es el Hotel Seawater. Mi familia solía comer allí hace 25 años. Lo han quemado para vender el terreno. Probablemente uno de mis clientes>. Relato apasionante maneja de modo memorable los registros del neo-noir, crea una ambientación malsana alrededor de los personajes, una tela de araña invisible, los va a atrapando a todos en sus abrasadoras redes, punzante red tejida por la lujuria desbordante, la ambición autodestructiva, el deseo sexual, te va asfixiando más y más, un microcosmos de seres sombríos regidos por la amoralidad, la falta de escrúpulos, la oscuridad del alma, la sensualidad manejada para manipular, para perturbar. Todo enmarcado extraordinariamente en un clima que le llega al espectador, que como los personajes siente la humedad y el calor que impregna cada fotograma, las altas temperaturas te producen sudor, un aire cargado de un fuego tal que trastorna eróticamente a los protagonistas, con escenas de una sexualidad sublime, sin caer en lo zafio o vulgar, y entonces Kasdan compone un juego soberbio en el que se conjugan deseo sexual y crimen pasional, produciéndose en una fluidez narrativa admirable, con naturalidad, apoyado en diálogos ingeniosos, divertidos, de réplicas y contrarréplicas inteligentes. Una narración subyugadora, que te enreda en su sugestivo entramado de engaños, sexo, pasiones desatadas, crímenes, con viciosas escenas de sexo adelantadas a su tiempo, con desnudos, ello nada gratuito pues el espectador con estas calentorras escenas comprende la química que entrelaza a los personajes.
Actuaciones esplendorosas todas. Empezando por la pareja protagonistas, de la que mana una compenetración salvaje de atracción cuasi-animal, construida en base a miradas, sugerencias, gestos, y unas charlas entre ellos henchidas de aguijón envenenado. Kathleen Turner en su debut en cine realiza una encarnación de femme fatale apabullante, cuasi-etérea flota sobre la pantalla, de una sensualidad suprema, desprende erotismo, lascivia, calor sexual, con voz suave, maneja su hermoso cuerpo de modo sibilino, Magnífica, con una figura, vestimenta y peinado que evoca a otras “leonas” del negro como Barbara Stanwyck y Lauren Bacall, avasalladora su primera aparición (desde la mirada de Ned) vestida toda de virginal blanco, escotada y falda con apertura hasta la rodilla, con el aire ondulando su bella melena abriendo su vestido, esto es lo que embrujó al protagonista. Willian Hurt excelente en su rol de nihilista mujeriego, lacónico, ingenioso, se mueve por la acción con frescura, aporta matices, debilidad, arco evolutivo estupendamente exhibido, cómo su rostro se va agriando, fenomenal. Ted Danson como el amigo de Ned, Peter Lowenstein, lo borda, deja impronta de grande en sus apariciones, con una labia aguda, con toques excelsos de bailarín amateur, gracias al guión y aprovechadas por él con réplicas impresionantes, como cuando le achaca a Ned “Reconozco que te he subestimado. No sé por qué tardé tanto. Utilizas tu incompetencia como arma.>, colosal, o en la espléndida última escena con Ned en el paseo marítimo en la noche, resonante. Richard Crenna está muy bien en su rol de marido de figura poderosa, deja dosis de su viscerabilidad en su poco tiempo en pantalla. Mickey Rourke en un papel secundario deja impronta de actor de raza, despliega una naturalidad y frescura grandiosa. JA Preston cumple en su escaso personaje, funcionando bien con su adusta y dura gestualidad que remarca el sentido del deber del agente policial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Puesta en escena es pilar sólido para transmitir el calor ambiental que sofoca física y sexualmente a los protagonistas, con formidable diseño de producción de Bill Kenney (“Diamantes de la eternidad”), rodándose en el estado de Florida (USA), en el centro-este del Condado de Palm Beach, en el centro de Lake Worth en el enclave de Oceanside Manalapan, y en Hollywood Beach, para la escena del concierto al aire libre en la concha en la que aparece por vez primera Matty, surcados los escenarios de elementos que remiten al calor, esto atomizado por la prodigiosa fotografía de Richard H.Kline (“Star Trek”), transmitiendo el sudor y el ardor anímico de los personajes, jugando con colores cálidos, con los claroscuros, con aires nebulosos, con luz tenue, con profusión del patinado en rojo, rojo pasión y rojo sangre, emitiendo el sopor del clima de calor espeso que se te pega viscosamente a la piel, asombrosa. Y todo envuelto en la pegadiza, en la sugerente, en la sensual, en la tensa, en la deliciosa música del gran John Barry (La mítica melodía de James Bond), una melodía de jazz con piano y sobre todo un saxo que te embriaga, te seduce, te cuasi-hipnotiza, un crucial elemento atemporal, que acuna de modo portentoso la acción.
Spoiler:
Como gran film en cada revisión te das cuenta de detalles nuevos, como si la historia fuera algo vivo, te das cuenta que ella, la mujer fatal lo tramó todo años atrás, escogió a alguien libidinoso que además se creyera inteligente para no se sintiera engañado, para manipularlo de modo sutil con juegos de seducción y el sexo, dejándole pequeñas migas de pan que él, el perdedor, irá cazando como un anzuelo para comportarse como ella quiere, nimias sugerencias, para inducirlo al asesinato, y él aún sentirse dueño de sus actos, planeador de todo, cuando realmente es preso de la maquiavélica Matty, ha sido ella la artera maestra de marionetas.
Momentos recordables, algunos ya mencionados: En la primera charla entre Matty y Ned, ella “Usted no es demasiado inteligente, verdad? Me gusta eso en un hombre", él responde “Qué más le gusta? Perezoso? Feo? Salido? Soy todo eso”, ella “No tienes pinta de vago”... Él “Necesito que me cuiden. Necesito alguien para masajear mis músculos, alisar mis sábanas.”, ella le responde “Cásese”, él secamente “La necesito solo esta noche”; El segundo encuentro entre los dos en un bar de Pinehaven, ella “Mi temperatura está unos grados alta, alrededor de los 40. Nada grave. Será cosa del motor”, él “Precisaras una puesta a punto”, ella “Y naturalmente tu tienes la herramienta justa”... ella le habla del acoso de miradas y él “No deberías vestir así”, ella “Es una blusa y una falda, nada del otro mundo”, él “Entonces no deberías llevar ese cuerpo”; El arrollador primer encuentro sexual entre los dos amantes, de una escenificación Homérica, con ella invitándole a él a ver las campanillas de su casa, una vez en la vivienda ella lo hecha, él confundido se vuelve desde el coche y la ve a ella mirándolo tensa (de deseo), él cual animal en celo rompe con una silla un ventanal y se abalanza sobre ella en lo que será un tórrido fornicio; las eróticas imágenes de los dos amantes dentro de la bañero echándole cubitos; Ned dice a Matty sobre su marido "Ese hombre va a morir por ninguna razón, pero. . . queremos que lo haga"; Teddy Lewis advirtiendo a Ned de los peligros de su plan "Cuando tienes un crimen perfecto, hay 50 formas de meter la pata. Si consigues rebajarlos a 25, eres un genio. Y tú no eres ningún genio”; Hay más pero el límite...
Película redonda, todo en ella rezuma brillantez, el guión, personajes, actuaciones, ambientación, construcción de escenas que promueven sensaciones, increscendo dramático impresionante, giros que desconciertan, haciendo esto que sea uno de mis films favoritos, de los que no me canso de ver. Fuerza y honor!!!
Puedes leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/08/fuego-en-el-cuerpo.html
Spoiler:
Como gran film en cada revisión te das cuenta de detalles nuevos, como si la historia fuera algo vivo, te das cuenta que ella, la mujer fatal lo tramó todo años atrás, escogió a alguien libidinoso que además se creyera inteligente para no se sintiera engañado, para manipularlo de modo sutil con juegos de seducción y el sexo, dejándole pequeñas migas de pan que él, el perdedor, irá cazando como un anzuelo para comportarse como ella quiere, nimias sugerencias, para inducirlo al asesinato, y él aún sentirse dueño de sus actos, planeador de todo, cuando realmente es preso de la maquiavélica Matty, ha sido ella la artera maestra de marionetas.
Momentos recordables, algunos ya mencionados: En la primera charla entre Matty y Ned, ella “Usted no es demasiado inteligente, verdad? Me gusta eso en un hombre", él responde “Qué más le gusta? Perezoso? Feo? Salido? Soy todo eso”, ella “No tienes pinta de vago”... Él “Necesito que me cuiden. Necesito alguien para masajear mis músculos, alisar mis sábanas.”, ella le responde “Cásese”, él secamente “La necesito solo esta noche”; El segundo encuentro entre los dos en un bar de Pinehaven, ella “Mi temperatura está unos grados alta, alrededor de los 40. Nada grave. Será cosa del motor”, él “Precisaras una puesta a punto”, ella “Y naturalmente tu tienes la herramienta justa”... ella le habla del acoso de miradas y él “No deberías vestir así”, ella “Es una blusa y una falda, nada del otro mundo”, él “Entonces no deberías llevar ese cuerpo”; El arrollador primer encuentro sexual entre los dos amantes, de una escenificación Homérica, con ella invitándole a él a ver las campanillas de su casa, una vez en la vivienda ella lo hecha, él confundido se vuelve desde el coche y la ve a ella mirándolo tensa (de deseo), él cual animal en celo rompe con una silla un ventanal y se abalanza sobre ella en lo que será un tórrido fornicio; las eróticas imágenes de los dos amantes dentro de la bañero echándole cubitos; Ned dice a Matty sobre su marido "Ese hombre va a morir por ninguna razón, pero. . . queremos que lo haga"; Teddy Lewis advirtiendo a Ned de los peligros de su plan "Cuando tienes un crimen perfecto, hay 50 formas de meter la pata. Si consigues rebajarlos a 25, eres un genio. Y tú no eres ningún genio”; Hay más pero el límite...
Película redonda, todo en ella rezuma brillantez, el guión, personajes, actuaciones, ambientación, construcción de escenas que promueven sensaciones, increscendo dramático impresionante, giros que desconciertan, haciendo esto que sea uno de mis films favoritos, de los que no me canso de ver. Fuerza y honor!!!
Puedes leer más sobre el film en: http://tomregan.blogspot.com/2016/08/fuego-en-el-cuerpo.html