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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
4
6,8
989
Documental En 1984 el director alemán Phillip Gröning pidió permiso a la Orden de los Cartujos para rodar una película en el interior de uno de sus monasterios. Le dijeron que era demasiado pronto. Quizás más adelante. Dieciséis años después recibió una llamada. Había llegado la hora... Los preparativos llevaron dos años, el rodaje uno y la postproducción dos más. Han transcurrido, por tanto, veintiún años hasta su completa finalización. El Gran ... [+]
2 de septiembre de 2010
7 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice la leyenda que cuando llegó "El gran silencio" a manos francesas, no se sabía si calificarla de porno duro o de terror extremo. "Un filme n'el que nadie parle rien de rien!" le dijo François, el horrorizado distribuidor a Marie Polaine de Vetanzon, su señora. "Et quante temps durent?" preguntó inocentemente la buena mujer al o que François, con les yeux en blanc de puro shock, contestó: "DEUX HEURES. E le peour ¡c'est una coproduction française!"

Mientras François pensaba en qué clase de salopards, bastards y demás ralea de baja estofa pondrían dinero para financiar semejante traición a Francia, su esposa elucubraba por su cuenta.

Aunque Marie Polaine era la supervisora de un supermercado de barrio y no tenía gran interés o conocimiento del mundo del cine, comprendió a la perfección las implicaciones del pavoroso hecho: en el año 2005, iba a distribuirse en la France una película muda de dos horas. "¡Mon Dieu! ¡Con lo mal que lo pasamos con le cinema silent!" pensó Marie Polaine.

Aquella noche, François y Marie Polaine de Vetanzon no pegaron ojo.

Pero finalmente no fue tan grave la cosa. Como los monjes estos no hablaban, el público francés que fue a ver "El gran silencio" llegó al consenso tácito de que obviamente no podían ser franceses. Si no eran franceses, eran bárbaros y los bárbaros hacen cosas propias de bárbaros, como una peli de dos horas sin hablar y sin que nadie salga en bolas o fume Gauloises en ropa interior.

De este modo "El gran silencio" se convirtió en una de las películas más recomendables de la temporada: no ofendía a los franceses, emulsionaba el misticismo de los espirituales, agradaba visualmente a los estetas y procuraba dos horas y media de sublime aburrimiento a todos los demás, que se podían dedicar a coser el bajo de los pantalones nuevos, hacerle cariños al perrito o buscar con desespero una película para la siguiente ronda, a ser posible una peli francesa en la que hablasen sin descanso de un montón de cosas tan trascendentales como este coñazo supino de película.
Neathara
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