La película no vale gran cosa pero reabre el eterno debate sobre qué puede considerarse arte y qué no. Por ejemplo, ¿son los animales mutilados de Damien Hirsch una manifestación artística? ¿Es lícito que el arte, que debiera ser vehículo de aquello que nos eleva por encima de nuestra condición de animales, busque la repugnancia, el aburrimiento, lo revulsivo, lo deliberadamente desagradable?
"Irreversible" constituye una anécdota fílmica demasiado larga rodada con el aparente objetivo de remover las tripas al espectador y pedirle un posicionamiento moral, artístico y humano. Una provocación, pues, que nos lanzan con la ayuda del virulento Cassel y de la bellamente inexpresiva Bellucci; como los animales mutilados de Hirsch, no dejan indiferente, pero resulta más interesante discutir sobre ellos que verlos.