Habemus Papam se presenta, ante todo, como una original comedia que oscila entre lo sorprendente y lo grotesco.

Cuando deben designar al nuevo Papa, la elección recae sobre uno de los candidatos menos pensados. Víctima de un ataque de pánico, el nuevo y sorprendido pontífice no se anima a asumir semejante responsabilidad. A partir de allí sobreviene una catarata de situaciones inverosímiles: Un psicoanalista que le hace terapia al Papa (delante del resto de los religiosos), el Papa que luego se fuga y toma contacto con el “mundo real”, el psicoanalista que provoca un revuelo en el estructurado clero...

Es cierto que la película tiene baches, pero si quieren disfrutarla mi consejo es dejarse fluir. Los prevengo que esto no es ni una sátira de la iglesia ni mucho menos una crítica (aunque en el final se dejen ver algunas líneas). Creo que de eso ya hay bastante, por eso lo que vi en Habemus Papam me pareció novedoso y entretenido. No esperen otra cosa.