Absurda, excesiva, surrealista e increible durante la mayor parte de su metraje, me consiguió hacer reir un montón de veces a través de unos diálogos totalmente delirantes marca "John McClane" y unas escenas de acción pasadísimas de vueltas (ver spoiler) donde llegué a soltar carcajadas ante lo que estaba viendo y que no terminaba de creerme.

Película de acción para pasar el rato, de ritmo muy ágil, rodada estética y técnicamente al más puro estilo de los 90, cuando aún las cámaras no se movían con parkinson y los planos de las escenas de acción duraban algo más de una décima de segundo. Esta película sin Bruce Willis obviamente no sería lo mismo, pero por momentos me ha parecido una influencia clarísima de "Crank" (2006), otro film de acción que va encadenando escenas totalmente salidas de madre y que pretende divertir más que trascender.

Descacharrante y recomendable para amantes del cine de acción con sentido del humor. DEP Tony Scott y gracias por querer hacernos pasar un buen rato con tus películas (justamente a la inversa que tu hermano desde mediados de los 80).