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Voto de Alvaro Zamora Cubillo:
6
Bélico. Drama Durante la Segunda Guerra Mundial, tras una noche de diversión en las Antillas, la tripulación del carguero SS Glencairn vuelve a la dura rutina y navega rumbo a Baltimore. El grupo es bastante heterogéneo; Driscoll es un irlandés de mediana edad, Ole Olsen, un joven granjero de origen sueco, y Smitty, un caballero inglés. Tras recoger una carga de dinamita, deben regresar a casa, pero la amenaza que suponen los submarinos alemanes, ... [+]
24 de septiembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “The Long Voyage Home” (1940) de John Ford con John Wayne, Thomas Mitchell, Ian Hunter, Ward Bond, Barry Fitzgerald, Wilfrid Lawson, entre otros. Drama bélico basado en al menos 4 obras de I acto ambientadas en La Primera Guerra Mundial, escritas por Eugene O’Neill: “Bound East for Cardiff” (1916), “In The Zone” (1917), “The Long Voyage Home” (1917) y “The Moon of The Caribees” (1918), que se presentaron juntas como “One Act Plays Of The Sea”; en un filme nominado a 6 Premios Oscar: Mejor película, guión, banda sonora, fotografía B/N, montaje y efectos especiales; siendo el único filmes nominado a Mejor Película que no obtuvo nominaciones en interpretación; sobre un grupo de marineros de diversas nacionalidades que, en el marco de La Segunda Guerra Mundial, son enviados a entregar suministros para la guerra. Evidentemente, este es un filme predominantemente masculino, que aborda temas recurrentes en la filmografía de Ford como: La amistad, la familia, la muerte o su vitalista actitud ante la adversidad, pero a la vez se puede incluir dentro de la corriente de dramas sociales; de hecho, técnicamente esta es la primera película de La Segunda Guerra Mundial y la primera película de guerra dirigida por John Ford, ya que tiene lugar durante La Segunda Batalla del Atlántico. De esa manera, Ford ha creado una “Odisea bélica moderna”, una película dura y rígida, de escaso presupuesto sobre las peregrinaciones sobre las aguas en un mundo que busca paz; al tiempo que implacable y solo brevemente compasiva al revelar las patéticas deficiencias humanas, donde, por vivir en un lugar tan reducido, salen a flote el temor, la desesperación, la duda, la traición, la paranoia, etc., pero es una de las películas más honestas jamás vistas en el marco bélico, ya que da una penetrante visión del alma de los hombres de a pie, que hará lo que sea por dinero, aun arriesgando la vida. El filme es eminentemente patriótico y antibelicista, pues posee un prólogo que dice: “Con sus odios y deseos, los hombres están cambiando la faz de La Tierra, pero no pueden cambiar el mar. Los hombres que viven en el mar nunca cambian, porque viven en un mundo solitario aparte, mientras van de un barco a otro más oxidado, forjando las líneas de vida de Las Naciones”, con un cierre que dice: “Entonces hombres como Ole Olsen vienen y van, y los Driscoll viven y mueren, y los yanquis y los Smitty dejan sus recuerdos, pero para los demás, el largo viaje nunca termina” No es casual que esta fuera la película favorita de Eugene O'Neill, tanto que John Ford le dio una copia que O'Neill agotó por la repetición de la reproducción del carrete; y aunque no es una de las obras más conocidas de Ford, en parte porque era demasiado oscura y carecía de romance; The Long Voyage Home sigue siendo bien recibida, pues se admira la calidad técnica de producción, especialmente la cinematografía distintiva de Gregg Toland, que sirve como precursor de la estética cinematográfica “noir” que insinuaría su trabajo para la histórica película de Orson Welles, “Citizen Kane” (1941), donde aquí Gregg usa una iluminación de alto contraste de carácter plenamente expresionista, que no solo incide en las luces y sombras del ser humano, sino que busca crear una atmósfera claustrofóbica, tanto dentro como fuera del barco, lo que logra con resultados sobresalientes. Del reparto, hay muchos habituales de Ford como Ward Bond, Barry Fitzgerald, Thomas Mitchell, o John Wayne, que no es el protagonista, y que tiene poco diálogo, usando un creíble acento sueco; donde quien destaca es Thomas Mitchell. Como error grave de producción, un detalle fatal para el desarrollo final de la trama, es que en esos días, los periódicos tardaban mucho tiempo en componerse al corriente de los hechos, por lo que se compilan e imprimen por la noche para su edición temprana a los lectores, lo que sería imposible que un barco que partió la noche anterior, salga en los titulares como torpedeado por la mañana... además, los censores en tiempos de guerra, ni siquiera permitían que se imprima una historia así, para evitar que el enemigo sepa el nombre de los barcos que hundieron, o sus cargas. Sin embargo el filme tiene un excelente montaje como la muerte de un marinero, el suspenso de una traición, y el ataque. En definitiva, la obra queda como un drama en el marco de la contienda en Europa, que no se ve debido a los pocos, si acaso 2 escenarios, el barco del acto I y la taberna del acto II, con una iluminación demasiado baja, que refieren a la obra estrictamente teatral, como “un drama de hombres intrépidos de mar”
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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