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España España · BARCELONA
Voto de DIEGO:
9
Comedia. Romance Los Ángeles, años 30. En la meca del cine, el joven recién llegado Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), sobrino de un poderoso agente y productor de Hollywood (Steve Carrell), se enamora de Vonnie (Kristen Stewart), la guapa secretaria de su tío Phil. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2016
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá si dijera que me encantó, que me lo pasé a lo grande, que me hizo sonreir más de lo habitual, que me conmovió, que me encandiló, ¿no sería suficiente? Porque todo esto que he dicho es lo que sentí, ¿no basta?, me pregunto. Otros espectadores se aburrirían supongo, y otros no llegarán a serlo nunca porque ignorarán “Café Society” y no la verán, como en general el cine de este artista, en ocasiones rechazado, ese que a mí en cambio me entusiasma tanto. Y es que el cine, como todas las artes, como todo en esta vida, es como una heladería, tiene sabores para todos los gustos. No voy a repetir la sinopsis que está muy a mano en cualquier publicación, quizá solo apuntar la clave de tantas comedias románticas: chico conoce chica, chico pierde chica, chico recupera chica. Pero este dicho, simplón a priori, en “Café Society” está inmerso en una historia redonda, ¡pienso que es una película redonda!, basada en un guion muy bien elaborado y estructurado. El otro día apuntaba en las tres líneas que escribí a propósito del cartel –precioso- que colgué en facebook, que esta era la mejor película que había visto de Allen en muchos años, y me reitero en ello. Como decía, la historia está muy bien construida, y desde que arranca, el film avanza sin cesar, escena tras escena, secuencia tras secuencia, creando así en el espectador un interés y un suspense que le lleva hasta al final preguntándose por la incógnita del desenlace, muy bien resuelto opino y que, claro, no voy a desvelar. Es esta una película que, como en un cóctel muy bien mezclado, y con los ingredientes justos y bien medidos, están muy bien agitadas las constantes del cine de Woody, en realidad pienso que en esos ingredientes encontramos algunas de sus películas ya vistas anteriormente, naturalmente en un acercamiento a momentos y a tratamientos, no como una réplica ni copia alguna, por supuesto. Veo en el idilio de la pareja, que constituye el eje central del film, encarnada por una fantástica Kristen Stewart, que va creciendo como actriz papel tras papel, y un Jesse Eisenberg, muy acomodado y airoso en su alter ego de Woody, veo digo, recuerdos de “Manhattan” y “Annie Hall”; en la subtrama que recrea la familia de Eisenberg, la sombra de “Días de Radio”; en el hermano gángster me pareció reconocer a algún matón de “Balas sobre Broadway”; en la fama que impregna la película, de lejos, la llamada de “Celebrity”; y en la atmósfera y ambientación de la cinta al completo, “comedias de champán”, esas que hacían las delicias de Allen como espectador en su juventud, pues... desde “Magia a la luz de la luna", o la citada “Balas sobre Broadway”, o una parte de “La rosa púrpura de El Cairo”..., glamour y más glamour en definitiva a ritmo de jazz. Esta reflexión no debe tomarse al pie de la letra, por supuesto, igual que en mi opinión, el “Café Society” y la figura de Eisenberg moviéndose por la casa como patrón, me trasladaron al café de Rick en Casablanca. Es inevitable la comparación de su obra cuando se ve una película de Woody Allen, lo que ocurre también con otros cineastas consagrados, que si “a” es mejor que “b”, que si a “b” le falta algo de “m”, que la última es peor que la anterior, y que a esta le sobra un poco de “h”, etc., más si cabe ante la trayectoria de este autor, que reúne el abecedario completo. Y pienso que es un error, en el que yo mismo caigo frecuentemente, eso de recurrir a las comparaciones, que siempre se ha dicho que son odiosas, es cierto que existe un nexo común a todas ellas, pero cada cinta camina sola. Y esta, “Café”, ya puestos en este juego de "a" y "z", la pondría en el ranking de las más altas. Allen regresa con diálogos trabajados y ocurrentes que últimamente escaseaban, el guion está muy elaborado, acabado, no hecho deprisa y corriendo, como me ha parecido en alguna película de los últimos años, partiendo sí de una buena idea pero dejando escapar o descuidando el desarrollo de la historia general, como con ganas de acabar, películas interesantes y de buena talla pero hechas a retazos de buenas ideas con algún descosido. "Café...” en cambio pienso que está muy bien tejida de principio a fin, sólidamente, con unos personajes muy bien definidos, de carne y hueso, reales, identificables, con sentimientos reales, definidos y bien expresados en la pantalla. Por otro lado, las subtramas funcionan muy bien en esta película, la familia, Hollywood, el gánster (Corey Stoll), el trabajo, los amigos y la gente que circula por las fiestas del tercer protagonista, el típico personaje del marido-amante, tema nada nuevo para Allen, que encarna Steve Carell, todo ello rodea la trama y la historia de amor y desamor de Vonny (Kristen) y Bobby (Jesse), núcleo de la historia: encuentro, enamoramiento, desencuentro y reencuentro, una constante en el cine del director. El reparto en general está muy bien, por ejemplo, el padre de Bobby no tiene desperdicio. Todo funciona en esta película. Lo único que me rechinó un poco, a pesar de la magnífica ambientación y atmósfera de los locales en los que transcurre la historia, fue la artificiosidad de alguna localización, pero bueno, pecata minuta. La fotografía de Vittorio Storaro me pareció magnífica. En esta ocasión W.A. utilizó una vez más su cálido monocromo, pero huyó de sus habituales fueras de campo, pasando a retratar el film con un clasicismo absoluto, al servicio de la historia y no caprichosamente, utilizando la cámara fija (estoy un poco cansado de las steadis si no son necesarias), con sutiles movimiento de cámara, más de acompañamiento que otra cosa, y abundancia de primeros planos, como si de una película de los años cuarenta se tratara, en especial sobre la encantadora Kristen Stewart, con flou incluido. Y naturalmente, como telón de fondo, jazz y más jazz, con mucho dixieland.
DIEGO
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