A pesar de ser un reboot del famoso mito urbano del personaje The Creeper, esta película no logra capturar la esencia que hizo que las anteriores entregas fueran exitosas.

Desde el comienzo, queda claro que este nuevo filme no sigue el camino de exitosos reboots. La trama es inconsistente y caprichosa, con un guion que no logra mantener el interés del espectador. Los personajes se sienten ridículos sin una profundidad o desarrollo adecuado.

La falta de dirección es otro aspecto notablemente deficiente. La película carece de una visión clara y cohesiva, lo que se traduce en escenas que se alargan sin sentido y sin ningún propósito narrativo. Además, los efectos visuales son de baja calidad, lo que resta impacto y credibilidad a las escenas de terror.

A medida que avanza la trama, la película va perdiendo su fuerza y se desinfla hasta llegar a una conclusión absurda y decepcionante. Es una de las películas de terror más decepcionantes de los últimos años, con una calidad que no está a la altura de sus predecesoras.

Es considerada una producción prescindible y una oportunidad desperdiciada de revivir el terror en la pantalla.

Le daría a la película una puntuación baja, alrededor de un 2 o 3 sobre 10. Este puntaje se justifica por los aspectos deficientes en su dirección, guion y efectos visuales, así como por su incapacidad para generar suspenso y mantener el interés del espectador a lo largo de la trama.