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España España · valencia
Voto de el feroz:
10
Cine negro. Thriller Estados Unidos, Ley Seca, años 20. Relato sobre los diferentes caminos que siguen tres veteranos que se conocen durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Cuando regresan a América tras luchar por su país, tropiezan con el problema del desempleo y con grandes difícultades económicas. Uno de ellos (Lynn) seguirá con decisión el buen camino; otro (Cagney), amargado por la falta de futuro, no encuentra más salida que el contrabando ... [+]
10 de mayo de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que empezó a gustarme esto del cine, años y décadas ha, que he rendido profundo vasallaje a la figura de James Cagney. Actor de excelencia donde los haya, y amo absoluto de la versatilidad, a un nivel que hubiera envidiado el mismo Marlon Brando, Cagney, figura indiscutible de la Warner ( fue a esta compañía lo que Gable a la Metro ), se caracterizó también por la circunstancia de ser en dos películas de parecido género, la Némesis de Bogart, actor éste último, cuya presencia secundaria como antagonista sirvió para subrayar las diferencia más que notables entre uno y otro. Ambos actores hicieron con acierto la semblanza del tipo duro, displicente y cínico, distanciado de las convenciones de la época que les tocó vivir ( o representar). Pero, Gagney carecía ( deliberadamente o no ) de la suavidad o los refinamientos adscritos a la figura del hombre ambiguo, cínico y tierno de los cuales el protagonista de "Casablanca" hizo una bandera particular, y en cambio, sublimaba esta cualidad con una fuerza en la pantalla absolutamente arrebatadora e irrepetible.

Su rostro de ángulos indefinibles, cortados a navaja barbera, y su gesto torvo, de sonrisa inquietante y fatal, le daban ese toque marrullero, casi de extra radio, que le hacían quizás inhábil, dentro del cine negro, para interpretar personajes más suavizados, como "Philip Marlowe", pero a la vez, lo hacían único en registros que en cualquier otro hubieran sido poco creíbles.
Sólo Cagney, bajito, cabezón, y más bien feo, podía con su predsencia y gesto, con su mera pose que comunicaba liderazgo absoluto, poner en su sitio a cualquiera que osara enfrentarle, y manejar a sus antagonistas con la mirada, hasta el punto de transformarlos en meros títeres, y hacer que el público lo creyera. ( véase la escena de la irrupción de Cagney, al que creen muerto, en la fiesta que celebran sus adversarios ( Bogart entre ellos ) con la pistola apuntando desde el bolsillo, rodado en un maravilloso "plano secuencia" con el uso del "travelling".
Poco más hay que decir....""The roaring Twenties" es una indigestión de "cine negro " en estado puro, que vuelve a desafiar la altísimas cotas, que ya habían alcanzado en el género obras maestras como "El enemigo público", "Scarface" o "Hampa dorada", presentando un bellísimo blanco y negro,, el trueno de las metralletas, y las fantásticas notas de "i`m just wild about Harry". El culmen: un final apoteósico, maravillosamente rodado, de heroicidad e inevitable justicia poética.

No se la pierdan.
el feroz
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