Oscura, confusa, delicada, fría, serena, histérica, dulce, sangrienta, enfermiza, reiterativa, cargante, desagradable, deleznable, impactante, contundente y atroz producción francesa que pondrá a prueba la paciencia y sensibilidad del público que se disponga a verla. El mensaje y las claves del enigma personal y familiar, quedan muy claras desde un principio, lo que viene a partir de ese momento es relleno caótico, morboso y deprimente. Yo haré lo mismo, voy a ser claro y contundente: No la recomiendo y no la volveré a ver por nada del mundo.