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España España · Valencia
Voto de Iris G:
8
Drama Película sobre la ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy (Portman), centrada en los días inmediatamente posteriores al asesinato de su marido John F. Kennedy en Dallas, el 22 de noviembre del año 1963. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejemos de lado que esta película habla sobre la situación de Jacqueline Kennedy, la 37ª primera dama de los Estados Unidos, tras la muerte de su marido, J.F. Kennedy, y hablemos de la historia de una mujer que vio como disparaban a su marido delante de sus ojos y que sintió como se le iba la vida sobre su regazo, tratando de detener la hemorragia. Hablemos de una mujer que perdió dos hijos antes de que su marido fuese asesinado, y que se vio de la noche a la mañana con las manos vacías y el corazón roto, pues es la historia que trata de contarnos Pablo Larraín. Pese a que se trata de la muerte de un presidente de los Estados Unidos, el director no nos habla de política, de la que solo nos da unas ligeras pinceladas, sino que se centra en el duro impacto psicológico que sufrió Jaqueline Kennedy, que muestra cambios de humor, inseguridad, dolor, rábia… Sentimientos que son, en ocasiones, apaciguados con la serenidad de Bobby Kennedy (Peter Sarsgaard), que es su principal punto de apoyo junto con Nancy Tuckerman, su secretaria.

Larraín nos muestra la angustia de Jackie Kennedy mediante primerísimos primeros planos que nos regalan una expresión brillante por parte de Natalie Portman, planos que llegan en ocasiones a ser agobiantes, representando la presión que ella sufre. Además, el director articula la película haciendo saltos temporales que nos trasladan desde la cita de Jackie con el escritor, al asesinato de J.F. Kennedy y su funeral, mostrándonos exclusivamente las vivencias de Jacqueline, creando así un retrato vivo de la que fue primera dama.

Los interiores y el vestuario de los personajes están elegidos de forma cuidada y exquisita, ofreciendo una bellísima puesta en escena a nuestra retina, que baila con una maravillosa banda sonora, nominada al Oscar®, que nos lleva, literalmente, de funeral. Larraín juega también con la iluminación para transmitirnos los sentimientos de Jackie Kennedy, armonizando los momentos en los que Jacqueline se encuentra con Kennedy con luces cálidas y acogedoras que se avivan al ser contrastadas con los planos simétricos y la estética fría que predominan en la casa de la señora Kennedy durante su cita con el escritor, una semana después del asesinato de su marido.

Pese a que este film no logró situarse entre los nominados a Mejor Película, se trata de un gran trabajo por parte del director, Larraín, y, sobre todo, de una perfecta actuación de Natalie Portman, que sí consiguió colocarse entre las favoritas de los Oscar®, optando al de Mejor Actriz y siendo su rival más fuerte Emma Stone, aunque Portman no tiene nada que envidiarle y, para mi, era la digna ganadora por este espectacular papel. En pocas palabras, un film psicológico, desgarrador y emotivo que provoca que nos podamos meter en las carnes de Jacqueline Kennedy tras la muerte de su marido en 1963.
Iris G
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