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Voto de GISELLA:
5
8,6
86.365
Comedia
Un humilde barbero judío que combatió con el ejército de Tomania en la Primera Guerra Mundial vuelve a su casa años después del fin del conflicto. Amnésico a causa de un accidente de avión, no recuerda prácticamente nada de su vida pasada, y no conoce la situación política actual del país: Adenoid Hynkel, un dictador fascista y racista, ha llegado al poder y ha iniciado la persecución del pueblo judío, a quien considera responsable de ... [+]
13 de febrero de 2008
46 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película sobre valorada definitivamente. No hay duda.
Acerquémonos a este clásico:
Charlot cambia, y eso resta meritos.
Fallida muestra de moralidad. Discurso prescindible y aburrido. Sermón de iglesia.
Estúpidos humanos.
El gran dictador” pero... vista de una manera objetiva, comparándola con el resto de la filmografía de su autor y dejando que las huellas del tiempo pasen sobre ella, es evidente que está lejos de ser una pieza redonda y que contiene defectos que, a pesar de su importancia, no logran ahogar sus numerosas virtudes.
Si se compara este film con "El chico", "La quimera del oro", "Luces de la ciudad" o "Tiempos modernos", por citar sólo los mejores trabajos de su realizador con la figura de Charlot, resiste mal esa comparación. Mientras aquellos siguen siendo aún hoy un torrente de cine, capaz de agarrar al espectador desde sus primeros fotogramas para no soltarte hasta el final, en el caso de "El gran dictador" el enamoramiento público / película va sucediéndose de manera intermitente y sólo se desarrolla plenamente una vez alcanzado su tramo final.
Cada espectador sigue en su “nube rosa”... soñando con ser el amo del mundo.
Acerquémonos a este clásico:
Charlot cambia, y eso resta meritos.
Fallida muestra de moralidad. Discurso prescindible y aburrido. Sermón de iglesia.
Estúpidos humanos.
El gran dictador” pero... vista de una manera objetiva, comparándola con el resto de la filmografía de su autor y dejando que las huellas del tiempo pasen sobre ella, es evidente que está lejos de ser una pieza redonda y que contiene defectos que, a pesar de su importancia, no logran ahogar sus numerosas virtudes.
Si se compara este film con "El chico", "La quimera del oro", "Luces de la ciudad" o "Tiempos modernos", por citar sólo los mejores trabajos de su realizador con la figura de Charlot, resiste mal esa comparación. Mientras aquellos siguen siendo aún hoy un torrente de cine, capaz de agarrar al espectador desde sus primeros fotogramas para no soltarte hasta el final, en el caso de "El gran dictador" el enamoramiento público / película va sucediéndose de manera intermitente y sólo se desarrolla plenamente una vez alcanzado su tramo final.
Cada espectador sigue en su “nube rosa”... soñando con ser el amo del mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Aquí el núcleo dramático de la historia no funciona demasiado bien, en buena parte porque ni la historia del barbero judío y sus amores, ni la del dictador y sus deseos de conquista y destrucción, son lo que realmente le importan a Chaplin, que da lo mejor de sí mismo en los segmentos cómicos aislados a los que me he referido antes (desde el baile con la bola del mundo o la secuencia del afeitado o las idas y venidas de Hynkel por los distintos despachos de su palacio, hasta los encuentros y desencuentros continuos de éste con Napaloni, que se convierten en con facilidad en el tramo del film más conseguido y conexionado) y en los momentos de denuncia (sobre todo en ese discurso pacifista final, que pese a su optimismo ciego y un poco blando, que tiene en la interpretación Charles Chaplin) y cuando regresa a las desventuras de la trama central, el ritmo y el interés flojean bastante.