Muy probablemente, “Big” provoque una división de opiniones, donde unos la tilden de empalagosa y tonta película, otros no se avergonzarán en absoluto y la recuerden con una gran sonrisa. Yo me sitúo en el segundo grupo, pues cabe decir que Penny Marshall hizo un encomiable y respetuoso trabajo con este film.

Mis expectativas eran las de ver un film tontamente entretenido con un Tom Hanks primerizo haciendo el idiota todo el rato. Mi sorpresa fue mayúscula. Des de su inicio, el film se hace muy grato y bello, con unos personajes encantadores y divertidos. Prevalece lo entrañable, gracias a la inocente visión y andaduras de sus dos adolescentes protagonistas, que viven sus primeras experiencias amorosas y, cómo no, sus desamores. Todo resulta en su primer cuarto de hora muy fresco, original, divertido y de lo más adorable. Cuando uno de los jóvenes pide el deseo de hacerse mayor en una curiosa máquina, su deseo es concedido, y de la noche a la mañana, aquel joven chico de trece años, se convierte en un treintañero Tom Hanks cuya mentalidad sigue siendo la de un chico adolescente, deseoso de correrías, de juguetes, de ansias por curiosear y de divertirse.

El protagonista se ve obligado de abandonar su casa con la ayuda de su mejor amigo para buscar un trabajo. Lo que al principio se convierte en una complicada situación donde un chico debe enfrentarse a la parte más oscura de una gran ciudad, más tarde se convierte en toda una aventura cuando es aceptado de informático en una fábrica de juguetes y que con poco tiempo será ascendido como testeador de juguetes, aportando nuevas id3eas en la fabricación de juguetes describiendo a los adultos lo que realmente importa un juguete para un crío. Su inocencia y entrañable carácter se ganará las simpatías de su jefe y de una mujer que se enamorará perdidamente de él por su inocente y sincero carácter.

Su planteamiento y ejecución es solamente digno de elogios y de alabanzas. Es una historia conmovedora y altamente original. Y es que todos hubiéramos querido estar en el pellejo de Hanks y encima cobrando por ello. Penny Marshall hace una reconfortante historia donde aporta grandes dosis de comedia suave y sutil, con momentos brillantemente entrañables, junto con una gran fuerza de dramatismo y de nostalgia. Es un film de modestas e inocentes pretensiones, pero consigue todos sus objetivos de forma sobresaliente, sobrepasando cualquier expectativa. Va mucho más allá de la comedia, es un museo de magníficos valores, donde prevalece el poder de la amistad, e amor, la ayuda y la confianza. Un film de sencillez mastodóntica, pero plagado de buenas y honestas intenciones. Uno queda de lo más satisfecho de haber hecho un nostálgico y bello viaje de la experiencia de un joven adolescente, con toda una vida por delante. “Big” va mucho más allá de lo que aparenta, nos depara un viaje conmovedor y entrañable de gran belleza y maravillosidad, con una permanente frescura y originalidad en toda su ejecución.