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Voto de El Fauno:
8
6,8
20.469
Comedia. Drama. Fantástico. Romance
Stephane (García Bernal), un joven diseñador mexicano tímido e introvertido, es hasta tal punto cautivo de sus propios sueños que a duras penas controla su imaginación, que amenaza con imponerse al mundo real. Su madre, que es francesa, le ofrece un trabajo y lo convence para que vuelva a París. Su decepción es grande cuando comprueba que se trata de un trabajo rutinario en una pequeña oficina que comparte con tres singulares ... [+]
7 de agosto de 2007
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien diga que Gondry no es nadie sin Kauffman se equivoca profundamente. Y es que este nuevo proyecto salido de la mente del peculiar cineasta francés viene a regalarnos otra vuelta de tuerca de hipnotizantes imagenes acerca de los rincones de la mente y los sueños, de su poder, de su peligro y de su dualidad con el mundo real; todo ello contado a traves de los ojos de un joven soñador empedernido perdidamente enamorado de su vecina de piso y que en una sucesión de arrebatos casi oníricos y surrealistas acaba confundiendo realidad y ficción dañando sin quererlo a los que están a su alrededor.
Stephane y Stephanie, dos almas singulares, uno perdido en sus sueños, la otra en sus pequeñas obras de arte, en sus piezas de artesanía que Stephane utiliza como via de introducción a su mundo interno y poder llevar consigo a la melancólica Stephanie. Todo ello mediante una atmosfera tremendamente artesanal, caracterizada por un uso del cartón-piedra que otorga al mundo imaginario un peculiar a la vez que adorable aspecto éstetico que pretende resultar cercano, cálido, y lejos lo más posible de digitalizaciones y fría tecnología. Su propio universo interno, especialmente representado en un pequeño cuarto que simula un estudio televisivo en el que nuestro confuso protagonista ve su propia realidad a traves de dos pequeñas ventanas, no es más que otro rincón mental en el que Stephane acaba transformando lo que és en lo que podría ser o en lo que él quisiera que fuera.
Por ello no es difícil en ese sentido no setir lástima por el pobre Stephane, por su comportamiento infantil y sus ansias de que todo fuera como en sus sueños, de que su amada le correspondiera y de que su imaginería fuera más real de lo que en realidad es. No se puede decir que el amor no correspondido sea algo nuevo para nosotros. Muchos lo conocemos por propia experiencia, por haber experimentado esa misma impotencia y esa misma crudeza que la realidad te estampa en la cara. Comportandonos como niños cuando la gente que se encuentra a nuestro alrededor no ve las cosas de la misma manera que nosotros, no entienden nada, nos encerramos en nuestro cuarto mental y empezamos a crear mundos mejores en los que poder campar a nuestras anchas. Y es que aunque Stephanie fuera más consecuente con la realidad que Stephane y se sintiera a veces tan acosada por el infantilismo de él, ella tampoco podía evitar dejarse llevar por su mundo, por sus hermosos sueños a lomos de un caballo de trapo en una pradera desierta, o en mitad de una cueva en medio de aparatos de tela y algodón, en mitad de una conversación telefónica en la que el sueño se superpone a la realidad, deseando estar ahí junto a él. En el fondo ella también quería soñar. Simplemente con un barco con arboles, un mar de celofán, unas nubes de algodon y en mitad los dos amantes, cual Romeo y Julieta en su mundo de sueño eterno.
-Continua en Spoiler-
Stephane y Stephanie, dos almas singulares, uno perdido en sus sueños, la otra en sus pequeñas obras de arte, en sus piezas de artesanía que Stephane utiliza como via de introducción a su mundo interno y poder llevar consigo a la melancólica Stephanie. Todo ello mediante una atmosfera tremendamente artesanal, caracterizada por un uso del cartón-piedra que otorga al mundo imaginario un peculiar a la vez que adorable aspecto éstetico que pretende resultar cercano, cálido, y lejos lo más posible de digitalizaciones y fría tecnología. Su propio universo interno, especialmente representado en un pequeño cuarto que simula un estudio televisivo en el que nuestro confuso protagonista ve su propia realidad a traves de dos pequeñas ventanas, no es más que otro rincón mental en el que Stephane acaba transformando lo que és en lo que podría ser o en lo que él quisiera que fuera.
Por ello no es difícil en ese sentido no setir lástima por el pobre Stephane, por su comportamiento infantil y sus ansias de que todo fuera como en sus sueños, de que su amada le correspondiera y de que su imaginería fuera más real de lo que en realidad es. No se puede decir que el amor no correspondido sea algo nuevo para nosotros. Muchos lo conocemos por propia experiencia, por haber experimentado esa misma impotencia y esa misma crudeza que la realidad te estampa en la cara. Comportandonos como niños cuando la gente que se encuentra a nuestro alrededor no ve las cosas de la misma manera que nosotros, no entienden nada, nos encerramos en nuestro cuarto mental y empezamos a crear mundos mejores en los que poder campar a nuestras anchas. Y es que aunque Stephanie fuera más consecuente con la realidad que Stephane y se sintiera a veces tan acosada por el infantilismo de él, ella tampoco podía evitar dejarse llevar por su mundo, por sus hermosos sueños a lomos de un caballo de trapo en una pradera desierta, o en mitad de una cueva en medio de aparatos de tela y algodón, en mitad de una conversación telefónica en la que el sueño se superpone a la realidad, deseando estar ahí junto a él. En el fondo ella también quería soñar. Simplemente con un barco con arboles, un mar de celofán, unas nubes de algodon y en mitad los dos amantes, cual Romeo y Julieta en su mundo de sueño eterno.
-Continua en Spoiler-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Gracias a un guión inteligentemente visual y a una fotografía cálida y nostálgica caracterizada por un uso dual de los colores en el que la realidad de las calles es casi siempre fría y el personal mundo de Stephane es siempre cálido, y a una banda sonora evocadora y sin estridencias en la que la suposición de sus notas es más importante que las notas en si mismas, Gondry ha creado una nueva película que se transforma en obra de arte, en un universo peculiar de sueños, locuras, y amor, en la que ambos amantes acaban haciendose querer de manera mucho más sincera, humilde y humana que muchas personas de las que pueblan este falso mundo.
Y es que al final, de la misma manera que "Amelie", "La Ciencia del Sueño" acaba introduciendonos en el alma de sus personajes, en su propia piel y en su propios ojos, haciendonos sentir a aquellos que tenemos corazón un bienestar infinito, producido por la alegría que produce el saber que aunque la mezquindad campe a sus anchas en el cínico mundo en el que vivimos, siempre podremos adentrarnos en esos personajes cálidos y sinceros, humildes y soñadores cuyo unico mal no es otro que no parar de soñar.
Y es que al final, de la misma manera que "Amelie", "La Ciencia del Sueño" acaba introduciendonos en el alma de sus personajes, en su propia piel y en su propios ojos, haciendonos sentir a aquellos que tenemos corazón un bienestar infinito, producido por la alegría que produce el saber que aunque la mezquindad campe a sus anchas en el cínico mundo en el que vivimos, siempre podremos adentrarnos en esos personajes cálidos y sinceros, humildes y soñadores cuyo unico mal no es otro que no parar de soñar.