Lo 'peor', para mí, es el entrevistador -y que me perdone Trueba- pero también tengo que agradecerle el poner a nuestra disposición a ese puñado de jóvenes, muy jóvenes la mayoría, pero que saben exponer sus puntos de vista con sinceridad y vehemencia, o dudas, como es normal. Y hay varios apuntes válidos sobre la abolición de etiquetas, el profundizar en la persona, cuestionar unos estudios que sólo implican 'memoria' y no contemplan aspectos con los que habrá que lidiar, descubrir que el amor sirve para hacer crecer y no solo ilusionarte, plantearse la certeza de que no existe ninguna... Creer en Dios si le sientes.

Pero lo mejor el título: qué, habiéndolo vivido, vuelvas a replanteártelo... Y eso diría que es bueno.