Recuerdo cuando ví el trailer de esta película en el cine...mi cuñado reía a carcajadas con lágrimas en los ojos y pensé: "Que grande es el cine que hace feliz a la gente"

Dos semanas después fuimos a verla con una emoción sólo comparable a la de un niño cuando sus padres le dicen que se van a Disneyworld las proximas vacaciones.

Nos acomodamos en nuestras butacas y cuando se encendió la pantalla estabamos listos para disfrutar...y reir...y gozar...

Cuando salimos del cine llovía...mi cuñado encendió un pitillo y miró hacia el cielo...y suspiró.
La tristeza y la decepción nos invadía...nos miramos un segundo y bajamos la vista.

Lo siento hijo...pero este año no va a poder ser lo de Disneyworld.