De nuevo me quito el sombrero y caigo de rodillas ante la actuación de Keira Knightley.
En cada personaje de periodo histórico que hace se supera.

Cada vez vas más allá. Lejos queda la chiquilla de Orgullo y Prejuicio, ahora para convertirse en la precursora de las letras femeninas en Francia en el siglo XX, Gabriel Collete.
Sometida en cierto modo por su primer marido, Willy, interpretado por un barrigón Dominic West con el que desgraciadamente Keira no tiene ningún tipo de química, la joven autora comienza a escribir cuentos cortos de su vida que su marido firmará. A partir de aquí la historia discurre en un ambiente de búsqueda de la verdad, la inspiración, el amor verdadero...Collete es de esas películas que se han de ver solo una vez, pero que quedarán para siempre en las retinas.

El vestuario es deslumbrante, y la conjugación de ambientes tanto de los bajos fondos como de las clases más notables de una Francia en ciernes.
Preciosa fotografía, amargas interpretaciones y decadentes, por parte de Denise Gough, y Eleanor Tomlinson, pero necesarias.