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6,7
74.487
Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Precuela del ya mítico largometraje "El planeta de los simios". Will Rodman (James Franco) es un joven científico que está investigando con monos para obtener un tratamiento contra el alzheimer, una enfermedad que afecta a su padre (John Lithgow). Uno de esos primates, César, un chimpancé recién nacido al que Will se llevó a casa para protegerlo, experimenta una evolución en su inteligencia verdaderamente sorprendente. En el estudio del ... [+]
29 de septiembre de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parte introductoria eterna, aburrida y absurda.
Las conversaciones con el jefazo del laboratorio, de manual. Esos momentos en que parece que la conversación termina y el jefazo dice: Espera. El protagonista se gira de nuevo. Frase lapidaria. ¿Dónde he visto esto antes? Ah, ¡en todas partes!
Esta crítica, aunque no lo parezca, es sólo un resumen de lo que me chirrió del supuesto peliculón.
Me alegro de que haya gente que la haya disfrutado. Ahora, por muchísimo menos se han ridiculizado otras películas. Y me parece injusto decir que ésta es una buena.
Creo que si en lugar de elegir la idea propuesta por el clásico de Charlton Heston, hubieran adaptado el guión a otro tema, la decepción que yo sentí habría sido mucho más general.
¿Positivo? Sí, algo hay. Los efectos especiales están guay y hay unos 10 minutos de acción interesantes. Para mí, en todo lo demás, un chasco.
Las conversaciones con el jefazo del laboratorio, de manual. Esos momentos en que parece que la conversación termina y el jefazo dice: Espera. El protagonista se gira de nuevo. Frase lapidaria. ¿Dónde he visto esto antes? Ah, ¡en todas partes!
Esta crítica, aunque no lo parezca, es sólo un resumen de lo que me chirrió del supuesto peliculón.
Me alegro de que haya gente que la haya disfrutado. Ahora, por muchísimo menos se han ridiculizado otras películas. Y me parece injusto decir que ésta es una buena.
Creo que si en lugar de elegir la idea propuesta por el clásico de Charlton Heston, hubieran adaptado el guión a otro tema, la decepción que yo sentí habría sido mucho más general.
¿Positivo? Sí, algo hay. Los efectos especiales están guay y hay unos 10 minutos de acción interesantes. Para mí, en todo lo demás, un chasco.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
¿El Franklin del laboratorio le pasa a él el marrón de elegir entre sacrificar al César bebé o llevárselo a casa? Pero, ¿que cuando algo de tu trabajo no te gusta se lo endiñas a otro que no le corresponde? Ah, y el chaval, ¡se lleva el mono a su casa! Claro, claro.
Por cierto, el jefazo es tan fácil de desanimar como de entusiasmar. Amenaza con despedir al chico sin saber aún por qué la simia ha montado en cólera. ¡Ni pregunta! Y después deposita de nuevo una confianza ciega en él basándose sólo en su palabra. Esa inestabilidad emocional no puede ser sana.
Sabes que se va a liar, porque sabes que César va a acabar atacando al vecino gilipollas que, por otro lado, es tan gilipollas que no te lo crees. Del mismo modo en que el encargadillo de la protectora es tan malo tan malo que parece sacado de una peli de Disney. Y cómo no, está el compañero no tan malo pero pusilánime que no hace pero tampoco impide hacer. Muy original todo.
No le veo sentido a la muestra del parque para después encerrarlo en la jaula. Hacen como que el chaval no lo sabe, cuando después va a visitarlo a la jaula. Tampoco me creo la facilidad y la frialdad con la que el prota deja a César allí, después de decirle que no es una mascota, sino un hijo. Yo no sería capaz de dejar así a mi perro, y estoy muy lejos de sentirme su madre (quizá es porque mi perro no saber hacer la Torre de Lucas, o como se llame).
Sigo. ¿Qué pinta la veterinaria? No tiene ninguna función en la historia. Es guapísima, eso sí. ¿Y cómo surge la historia de ellos dos? Vamos a liarlos rápido, que no nos sobra metraje. No entiendo a qué viene.
El prota va por fin a sacar a César de esa cárcel de simios. Pero se queda con el cinturón (¿era el cinturón?) en la mano. Enfoque a la mano y a la mirada de César, que lo ve. Para mí, innecesario. César ya tiene motivos para querer quedarse (está empezando una revolución), y si el chaval nunca le ha maltratado no tiene lógica que desconfíe de él en ese sentido.
Paso porque el grupo de simios atraviese Chicago arrasando los edificios. Paso porque en su huida se detengan todos en el edificio de la farmacológica para "rodear" al jefazo y que pase ese rato de tensión (justo en el momento en que éste entra al edificio: quizá es que saben cuál es su horario de entrada a la oficina y ya estaba contemplado en el plan de fuga). Paso porque la policía no se ponga a disparar y se los cepillen a todos (más aún en EEUU, que disparan contra personas con muchos menos miramientos). Y paso también porque cuando el protagonista (sigo llamándole así porque no recuerdo su nombre) se acerca por fin al grupo de simios, ninguno se lance de inmediato contra él, como han hecho con todos los policías.
Pero no puedo pasar por encima de la última frase de César, que también es la última de la película (si no recuerdo mal). Mi perro (que insisto en que no sabe hacer la dichosa torre), se la imaginó y me la dijo mientras bostezaba, mucho antes que César.
Por cierto, el jefazo es tan fácil de desanimar como de entusiasmar. Amenaza con despedir al chico sin saber aún por qué la simia ha montado en cólera. ¡Ni pregunta! Y después deposita de nuevo una confianza ciega en él basándose sólo en su palabra. Esa inestabilidad emocional no puede ser sana.
Sabes que se va a liar, porque sabes que César va a acabar atacando al vecino gilipollas que, por otro lado, es tan gilipollas que no te lo crees. Del mismo modo en que el encargadillo de la protectora es tan malo tan malo que parece sacado de una peli de Disney. Y cómo no, está el compañero no tan malo pero pusilánime que no hace pero tampoco impide hacer. Muy original todo.
No le veo sentido a la muestra del parque para después encerrarlo en la jaula. Hacen como que el chaval no lo sabe, cuando después va a visitarlo a la jaula. Tampoco me creo la facilidad y la frialdad con la que el prota deja a César allí, después de decirle que no es una mascota, sino un hijo. Yo no sería capaz de dejar así a mi perro, y estoy muy lejos de sentirme su madre (quizá es porque mi perro no saber hacer la Torre de Lucas, o como se llame).
Sigo. ¿Qué pinta la veterinaria? No tiene ninguna función en la historia. Es guapísima, eso sí. ¿Y cómo surge la historia de ellos dos? Vamos a liarlos rápido, que no nos sobra metraje. No entiendo a qué viene.
El prota va por fin a sacar a César de esa cárcel de simios. Pero se queda con el cinturón (¿era el cinturón?) en la mano. Enfoque a la mano y a la mirada de César, que lo ve. Para mí, innecesario. César ya tiene motivos para querer quedarse (está empezando una revolución), y si el chaval nunca le ha maltratado no tiene lógica que desconfíe de él en ese sentido.
Paso porque el grupo de simios atraviese Chicago arrasando los edificios. Paso porque en su huida se detengan todos en el edificio de la farmacológica para "rodear" al jefazo y que pase ese rato de tensión (justo en el momento en que éste entra al edificio: quizá es que saben cuál es su horario de entrada a la oficina y ya estaba contemplado en el plan de fuga). Paso porque la policía no se ponga a disparar y se los cepillen a todos (más aún en EEUU, que disparan contra personas con muchos menos miramientos). Y paso también porque cuando el protagonista (sigo llamándole así porque no recuerdo su nombre) se acerca por fin al grupo de simios, ninguno se lance de inmediato contra él, como han hecho con todos los policías.
Pero no puedo pasar por encima de la última frase de César, que también es la última de la película (si no recuerdo mal). Mi perro (que insisto en que no sabe hacer la dichosa torre), se la imaginó y me la dijo mientras bostezaba, mucho antes que César.