Vivimos en la cultura de los gamberro, de lo transgresor, de ser diferente a toda costa, de molar, de proyectar la imagen que quieres que la gente vea, de ser malote, de ser moderno, de ser guay, de ir contra las normas sin tener ni puta idea de cuales son las normas, de ser rebelde sin saber de qué coño hablas.

Sabes que lo gamberro, lo macarra y lo "prohibido" impacta, llama la atención y con eso molas.

Todos los niños de 13 nos dirán: "¿Viste Ted 2?, jajaja cómo moló, ¿viste cuando Ted estaba todo colocado y dijo..?". Puede que sea normal que les guste por el pensamiento y la mentalidad adolescente, pero no hay una persona adulta que vea esta película y no vea que es una puta mierda, que Ted 2 solo busca llamar la atención cueste lo que cueste.

El ejemplo perfecto es imaginarse a una persona que va corriendo y se tira de cabeza contra una pared, vuelve a coger carrerilla y se tira por un balcón, se levanta y se rompe una botella en la cabeza. ¿Qué diría un chaval de 13 años que viera a este sujeto por la tele?, que este tío es un crack, que hace cosas flipantes. Pero ¿qué diría un adulto?, que este tío tiene una enfermedad mental o es gilipoyas.

Pues lo mismo pasa con las películas de Ted; busca impacto, busca llamar la atención, hacer burrada tras burrada, y más cogiendo como sujeto al tradicional osito de mimosín que suponíamos amoroso para que haya mayor impacto.

Puedes decir que bueno, que es original, que la música mola y que la peli visualmente está chula. Pues el zoquete del ejemplo puede romperse la cabeza cuatro veces seguidas bajo una melodía de Mozart, puede ir muy bien vestido, no es algo que veas todos los días pero aún así sigue siendo un zoquete.

Vamos, que una puta mierda.