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Voto de Yago Paris:
3
Romance. Drama. Intriga Verano de 1987. Adele, una mujer recién divorciada, ha perdido la autoestima tras la marcha de su marido. Su hijo Henry, un chico de 13 años, se esfuerza por ser el hombre de la casa y cuidar de su solitaria madre en pleno torbellino de la adolescencia. Un día, conocen en un supermercado a un hombre que les pide que lo alojen en su casa, pero resulta ser un fugitivo en busca y captura. El siguiente fin de semana les marcará para el resto de sus vidas. (FILMAFFINITY) [+]
30 de mayo de 2014
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La excelente capacidad de Jason Reitman para combinar drama y sátira ha sido, desde su primera película (“Gracias por fumar”), la seña de identidad de este director, y clave de su éxito, que lo ha catapultado a la primera línea del panorama “indie” estadounidense. Sin embargo, en su nuevo trabajo, “una vida en tres días”, ha decidido dejarla de lado y explorar nuevos senderos narrativos, situación que no debería motivo de alarma, de no ser por el bochornoso y tramposo resultado final que nos presenta.

La adaptación del Best Seller de Joyce Maynard ya comienza con mal pie, haciendo uso de una voz en off absolutamente prescindible, presente a lo largo de todo el metraje, que sólo sirve para sobresaturar una narración, de por sí carente de sutileza, donde forma y fondo, tan evidentes como previsibles, dibujan un cuadro a brochazos, decorando el espantoso lienzo unos torpes diálogos, cuyo nivel de explicitud alcanza niveles tales, que llegan a convertir el subtexto en texto por momentos.

La inexistente lógica interna de esta historia la colapsa e impide que se desarrolle adecuadamente, provocando constantes e incoherentes conductas en los personajes protagonistas, siendo inevitable que acaben traicionándose a sí mismos. Todo ello, gracias al único objetivo real de la película, que no es otro que provocar la lágrima fácil del espectador, ya sea a través de conflictos emocionales de supuesto gran calado, o mediante un flagrante uso de los flashbacks, insertados abrupta y oportunistamente para obtener su rastrero cometido, sin disimular siquiera la omisión de información en cada uno de ellos para manipular de manera lamentable las emociones del público a cada momento, que acaba ahogado entre tanto exceso dramático innecesario.

Ante este panorama, los actores tratan dar la cara por todos los medios, y, a pesar realizar un trabajo destacable (especial mención merece Kate Winslet, con un potente lenguaje corporal), este empalagoso melodrama pasa por encima de ellos y acaba con sus esperanzas. Pero, ¿qué puede esperar de un film en el que se le dedica más tiempo a la elaboración de un pastel que a la planificación de una huida?

Ésta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/
Yago Paris
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