Este sexto capítulo de la saga es una fascinante entrega, muy buena para nuestra sorpresa, que sigue de forma genial los caminos impuestos por la quinta y cierra en buena parte todo el ciclo Saw de una manera coherente y sorprendente.

El argumento es adictivo y los personajes son geniales. Me encantó el personaje de Peter Outerbridge y la inmensa mejora en el personaje de Costas Mandylor.
Las trampas vuelven a ser no muy elaboradas pero muy letales, resultando ser absolutamente todas dignas de reverencia.
El final es de infarto. No creía que la saga pudiese inventar un magnífico final sorpresa a estas alturas, pero el desenlace de esta entrega supera cualquier expectativa.

Con todo, una entrega igual de buena que la primera. Ha logrado lo que parecía imposible.