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España España · Tarragona
Voto de XuCoOo:
7
Drama Película sobre la ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy (Portman), centrada en los días inmediatamente posteriores al asesinato de su marido John F. Kennedy en Dallas, el 22 de noviembre del año 1963. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jacqueline Kennedy, mujer de JFK, uno de los presidentes más populares de EEUU pese a su corto mandato, apenas dos años y pocos meses, pero protagonista de uno de los incidentes más tristes y recordados. En Dallas, Texas, JFK fue asesinado, junto a él, en ese coche viajaba su mujer, cuya vida cambiaría radicalmente. De inmediato, en el mismo Air Force One y con el cuerpo del presidente presente, Lyndon Johnson toma el poder: El rey ha muerto, viva el rey. La película de Pablo Larraín nos narra con gran sensibilidad y buen gusto los días posteriores a ese suceso, monstrándonos la gran evolución de un personaje con el que Natalie Portman se luce, pues se mimetiza con ella.

Jackie Kennedy, la mujer del presidente, tenía fama de fría, derrochadora y sumisa. Por todos es sabido que JFK apenas pasaba las noches con ella, pero siempre volvía a casa junto a sus hijos. En unos primeros momentos del filme, que se van intercalando entre el asesinato y los meses anteriores, se nos presenta a Jacqueline como lo que era: una buena anfitriona que presenta por televisión a todo el pueblo estadounidense la Casa Blanca, su hogar mientras su marido es presidente. Natalie Portman la interpreta tal y como era, una mujer que trataba de caer bien, sumisa, dirigida por unos y otros, y sobreprotegida por Bobby Kennedy (Peter Sarsgaard). Una mujer que vivió un acontecimiento terrible en primera persona y con la que compartimos momentos y conversaciones de gran interés, como con el sacerdote o el periodista al que le narra sus más profundos pensamientos.

Pablo Larraín nos muestra a una Jacqueline Kennedy devastada y ninguneada por la administración Johnson, que antes siquiera de enterrar a JFK se establecían en la Casa Blanca e intentaban cerrar el asunto sin mayor dilación. Ahí es cuando la interpretación de Natalie Portman la transforma en Jackie, la mujer del trigésimo quinto presidente de los EEUU, exigiendo un cortejo fúnebre y no un entierro por la puerta de atrás. JACKIE es un alarde de buen gusto en tanto en cuanto nos muestra vídeos del pasado que no sabemos si son reales o del momento, dejando claro las molestias que se han tomado en que la recreación de cada uno de los momentos fuera real. De ahí la merecida nominación a mejor diseño de vestuario.

JACKIE nos muestra también la entereza de una primera dama que asiste al asesinato de su marido, que sujeta la cabeza del presidente mientras los sesos están esparcidos por el coche, que sufre al nombramiento en el Air Force One de Lyndon B. Johnson como nuevo presidente de los EEUU mientras ella todavía viste con la sangre de su marido. Una Natalie Portman que hace que nos olvidemos de ella y que solo pensemos en Jacqueline Kennedy. La actriz borda todos y cada uno de los estados por los que Jackie pasa, hace que empaticemos con ella y es merecidísimo, como no podía ser de otra manera, su reconocimiento al Oscar como mejor actriz. Como también lo es la tercera nominación a mejor banda sonora. En cualquier caso, JACKIE se contentará con esas nominaciones, pues llevarse el gato al agua va a serle difícil al compartir candidaturas con La La Land.

El chileno Pablo Larraín nos trae un biopic más que solvente, necesario para conocer la vida de una de las personalidad más importantes de EEUU, sobre la que ya se han escrito ríos de tinta. La familia Kennedy, marcada por las desgracias, son un filón televisivo, pero en esta película la protagonista principal es Jacqueline Kennedy, con quien compartimos sufrimiento y dolor, un gran trabajo introspectivo y unos primeros planos que quitan el hipo. Un trabajo magnífico el de Natalie Portman, quien se convierte en su gestualidad, sus pasos, su voz susurrante, en una mujer fuerte y profesional que cumplió con su deber de esposa e hizo que el funeral de su marido fuera un acontecimiento digno de verse, aún con la oposición de la nueva administración.

En definitiva, los amantes de los biopics y de Natalie Portman están de enhorabuena. Un trabajo potente, narrado con brillantez que nos muestra un momento histórico en la historia estadounidense y a una de las figuras más importantes del momento. Una mujer mimetizada en Natalie Portman, nominada al Oscar, una esposa que luchó para que reconocieran el trabajo de su marido y a la que toda una nación siempre recordará. No os la perdáis.
XuCoOo
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