Ana de Armas borda el papel en la mejor interpretación de su carrera.
Hasta aquí lo bueno.
Cuando se mezcla realidad y ficción hay límites que no se pueden traspasar, esto ocurre con esta película.
El director se ensaña durante casi 3 horas con Marilyn como si fuese un pelele de cacería inglesa, una mujer que leía a Dostojewski y que creó su propia productora para que dejaran de tomarla el pelo.
Una mujer preciosa y muy inteligente.
Pues bien, aquí empieza a destrozar la imagen de un mito como Norma Jean a base de proponernos una agenda izquierdista vomitiva en la que los hombres somos lo peor, una especie de asquerosos neandertales que tratamos a las mujeres como mierda.
Especial mención a la escena con el presidente, que ya sabemos quien es, vomitiva y lamentable, no se como la familia no se ha querellado por esto, está claro que es porque no dicen el nombre.
Después de casi 3 horas agotadoras de agresiones y maltrato a la pobre rubia, agradezco que termine la película.
Conclusiones:
Ana eres una belleza, pero eres todavía mejor actriz.
No se pueden traspasar los límites con cosas de ficción sobre un personaje real, hay gente que se lo cree.
Andrew Dominik, no hagas más películas porque se te ha ido la olla y me das ganas de potar.
QUE TE DEN