Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Kasanovic:
8
Romance. Drama Años veinte. Kitty (Naomi Watts) es una joven inglesa de la alta sociedad que, para huir de un ambiente familiar opresivo, se casa con Walter (Edward Norton), un prometedor médico. El matrimonio se traslada a Shangai, donde Kitty tiene una aventura con un norteamericano (Liev Schreiber). Cuando Walter descubre la infidelidad de su esposa, decide trasladarse con ella a una de las regiones más remotas de China, para intentar luchar contra ... [+]
1 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El velo pintado no es uno de esos dramas románticos que buscan la lágrima fácil. Aquí no hay palabras grandilocuentes ni situaciones forzadas para que el espectador se enternezca artificialmente. La obra de John Curran va más allá, pretende construir, a partir de la belleza de sus imágenes y de la impecable banda sonora, un relato lo más verídico posible que además nos inmiscuya en la trama de tal manera que no se pierda el mágico toque que siempre se espera de este tipo de películas: que golpee al alma, pero de manera sincera, directa y tratando que perdure lo máximo posible.

Todo comienza en la Inglaterra de los años 20. Kitty, mujer de alta sociedad y harta de ser considerada como una vulgar ‘solterona’, decide casarse con Walter, un joven médico. Pronto, Kitty se da cuenta de que no ama a su marido lo más mínimo. Entonces, Walter decide llevarse a su mujer a una remota zona de China, donde el médico será la última esperanza ante el cólera que está asolando a la población.

Sin embargo, estas escenas iniciales no hacen justicia a la película. Los primeros veinte minutos pecan de mucha vulgaridad, reinando a sus anchas el tópico e incluso el sopor. Pero cuando la acción nos traslada a la China del cólera, todo cambia. Lo que antes era lúgubre y casi intrascendente, pasa a ser lírico y conmovedor. Es aquí cuando El velo pintado comienza de verdad, cuando la fuerza de sus imágenes se desliza tan suavemente por nuestros ojos como la excelente banda sonora lo hace por los oídos. No encontraremos unos diálogos que hagan historia, pero sí un material audiovisual que roza lo sensacional. El trabajo en la fotografía es absolutamente impecable, y realmente extraña que no haya sido tan valorado por los premios cinematográficos como el de la banda sonora, que cosechó un merecido Globo de Oro (recordemos que competía con La fuente de la vida, muy lograda desde el punto de vista musical).

Por si fuera poco, El velo pintado puede presumir de reunir a tres de los mejores actores de estos últimos años. Quizá vaya siendo hora de dar a Norton y Watts el reconocimiento que se merecen. No sólo por esta película, donde clavan sus papeles, sino por sendas carreras que posiblemente estén alcanzando ya la madurez. Menos reconocido por el gran público es Schreiber (quien, casualmente, sería un año después el protagonista de la adaptación cinematográfica de la novela El amor en los tiempos del cólera), pero que también cumple con nota en su breve actuación.

Resulta difícil recomendar a alguien, por vía textual, una película que se basa casi exclusivamente en su fuerza audiovisual para alcanzar tal grado de belleza y sobriedad. Un dato importante es que cualquiera puede disfrutar de El velo pintado, desde los primerizos hasta los cinéfilos. Quizá el público que más debería huir de la obra de Curran (que, por cierto, dirigió una más que pésima Stone hace dos años) sea el de los “talibanes del guión”. Como ya hemos mencionado, es la parte más coja de la película, y quizá hubiera hecho falta un poco más de metraje para solucionarlo, pero es un guión que no sonroja por lo escueto, ni por lo tópico, ni porque le falten detalles, sino que, simple y llanamente, palidece ante el verdadero valor del cine: lo audiovisual, que en El velo pintado alcanza una de las mayores cotas de este siglo XXI.
Kasanovic
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow