Cuando hablamos de cine clásico, muchos pensarán en un cine único, bien elaborado, y en ocasiones maravilloso. A la vez otros lo recuerdan como un cine aburrido, y sin las explosiones necesarias, para una película lo suficientemente entretenida, un pensamiento que frecuenta en los millenials ( no todos). No obstante aunque esta generación repela el cine clásico, es para todos innegable que "El tercer hombre", abarca el talento más inmenso, y muestra la manera de hacer el cine más excelente que se ha visto en mucho tiempo.

Un film de corta duración, en el cual se presentan unos hechos y personajes de lo más sospechosos, excepto Holly Martins, que intenta averiguar la verdadera causa de la muerte de su amigo Harry Lime. Durante el transcurso de sus minutos, Carol Reed maravilla a cualquier espectador con unos primeros planos tan inquietantes como espléndidos. Con juegos de sombras tan excelentes, que se han ganado un sitio en el cine, haciéndonos recordar como los edificios y paredes enseñaban la silueta de la más pura perfección cinematográfica.

Adaptando la novela de Graham Greene, una novela negra que guió un poco uno de los films más laureados en la historia. Es un metraje impecable en todas las secciones. Si hablamos de actuaciones no hay reproche posible, Joseph Cotten nos regala secuencias de misterios junto a su sensación de incertidumbre. Con Alida Valli colosal, deseando de nuevo el amor de ese tal Harry Lime. Varios más son los actores que se lucen a la par que los otros dos que nombré, incluyendo a extras que apenas duran un segundo en la pantalla, pero que su aspecto y mirada aportan tanto como otros que salen toda la película. Por si algunos ya se desesperaban por mi demora, faltaba nombrar a Orson Welles, aquel personaje que se hace presente los 104 minutos, enturbiando cualquier mente voluble. Tal es su transcendencia, que nombrarlo de una manera diferente que en otra ocasión, abre cuantiosas preguntas que se resuelven con la simple iluminación de una bombilla.

En estos instantes se me está haciendo cuesta arriba escribir una crítica de esta grandiosa película, son tantas las magníficas cosas que hay, que me excedería de las normas de crítica, llegando a superar 10.000 caracteres. Por consecuente voy a relatar como es la banda sonora, acompañado de una conclusión final, ya que sino me van a dar las once escribiendo esta reseña. Como dije anteriormente, la banda sonora, la banda sonora...

Sólo hace falta ver una escena en la que, entre complejos enfoques de cámara, y perfectos diálogos, una cítara comienza a sonar con timidez y a la vez chulería. Es en ese momento es cuando comenzamos a escuchar una de las mejores melodías jamás compuestas, la banda sonora de Anton Karas es un completo clásico de el cine. Una música que brilla por su encaje, la perfección absoluta, sonidos que se introducen minuciosamente en el metraje. Una vez que comienza a sonar, muchos rememoran, las mejores persecuciones jamás filmadas, por las cloacas, o por el mismo centro de Viena. Son tantas las secuencias inolvidables...

El tercer hombre es un clásico en todos su esplendor, del cual será casi imposible olvidarse. Sus sombras en la noche, su música mítica y sus actuaciones más que suntuosas, son parte de uno de los mejores metrajes que ha presenciado la humanidad. Fue entonces, entre las maravillosas críticas, y todos los usuarios asombrados, que se fue formando con el paso de los años, un mito inconmensurable.